Una semana había pasado desde que maté a esa estúpida arai y me produjo una herida, una semana que no había dejado de llorar todas las noches mientras que por el día me acumulaba de cosas por hacer, como avances de ejercicios de matemáticas o unas esculturas de los dioses para poner en mi terraza claro que de un tamaño pequeño para que alcanzaran todos.
Nico me acompañaba todos los días desde que salía del colegio, hasta me trajo a nuestro hijo para animarme, cosa que funcionó, tuvimos un día agradable, con el único Dios que hablé fue con Hefesto y prometió no decir nada, no entendía como él pasaba por alto lo que hacía su esposa, porque a pesar de haberla repudiado hace tantos años seguía siendo su esposa y él la quería, yo pensaba que ella a él igual pero me equivoqué; él también me entendía, era el único Dios que confiaba controlaría su lengua para reclamarle a Ares y le tenía un inmenso aprecio simplemente no podía ocultarle aquello.
En el colegio Nico y Estefania no dejaban que me consumiera en mis pensamientos por los recreos, ella podía no saber nada pero lo presentía, me conocía muy bien, era un poco más baja que yo con cabello negro, ojos marrones, tez morena y delgada, una chica muy inteligente; demasiado debo acotar como para saber que me pasaba algo.
Ese día parecía que acabaría de lo más normal, en toda la semana no había aparecido un monstruo, pero el clima estaba un tanto tosco, Hefesto me dijo que Zeus y Poseidón se habían peleado por las mismas estupideces de siempre, que estuviera tranquila porque no pasaría de una semana y todo volvería a la normalidad, no era necesario que yo interviniera, como no quería ver a los olímpicos le hice caso a pesar de mi sueño.
Un estúpido sueño en el que veía el tridente de Poseidón a un lado de su trono pero él no estaba, parecía como si hubiera salido tan rápido que lo había olvidado, una sombra aparecía y lo tomaba para sumirlo en oscuridad; si el tridente hubiera sido robado su presencia se sentiría en la tierra o en el cielo, pero ésta seguía en el mar.
Graciela - escuché, por instinto volteé a ver a Nico pero él no había hablado - hermanita - relinchó
¿Relinchó?
¿Arión? - respondí mentalmente
Hay otro caballo rápido en este planeta - reclamó - claro que soy yo
Pudo haber sido Pegaso sabes - dije para bajarle su momento diva
Eso dolió - reclamó - Papá te está llamando a su palacio, dice que vengas de inmediato
No puede venir él - dije con pereza
Yo que sé, solo dice que vayas - contestó exasperado - si es posible ahora
Me puedes esperar 10 minutos - rogué - ya va a acabar la clase
Está bien - accedió luego de decir cosas que no puedo repetir
Le dije a Nico lo que pasaba hablando en griego, el hecho de que fuera extranjero nos daba la excusa de que yo le explicaba el tema en un idioma que entendiera; la idea dejó a Nico tan extrañado como a mí, hace unos meses me prohibió ir a su palacio sin su permiso, claro ahora me lo daba pero era algo raro.
Fui con Nico los primeros en salir y encontramos a Arión en plena puerta del colegio en menos de un segundo me subí en él, a penas me sintió galopó, con su rapidez pude jurar que ya habíamos cruzado a Ecuador, quise que esto fuera rápido así que nos transporte por fuego hasta Long Island
Hey - reclamó mi hermano
Te hice perder tiempo - expliqué
Solo por eso te la voy a pasar - dijo molesto, bueno fingiendo
ESTÁS LEYENDO
La reencarnación de Xena ¿Hija de los dioses?
Hayran KurguXena era conocida como la princesa guerrera, favorita de Ares, y amada por otros dioses, no exactamente todos del panteón griego, su descendencia recorrió muchos lugares y se mezcló con muchas razas y religiones, pero como en todo ciclo vuelve al pu...