Capitulo 1

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El arco amarillo seguía allí, en el aire como si algo o alguien lo sostuvieran. Collins, sintió un fuerte temblor, como si la tierra en donde estaba parado estuviera colapsando. Pudo ver que vecinos y otras personas se fueron hacia la calle, para observar, los automóviles frenaban y se detenían al lado de ellos. Miraban fijamente ese arco, que poco a poco su forma cambiaba, pareciéndose cada vez más a un diamante, que poco a poco se acercaba hacia ellos. Collins se metió dentro de la joyería, manteniéndose en la ventana, observando todo lo que sucedía, él era de analizar las cosas, como analizaba las joyas.

De este "Diamante" se pudo ver que algo caía hacia el suelo, algunos pensaron que era algún pájaro que había muerto encima de eso, pero otros afirmaban que era una persona, ya que cuando iba cayendo, parecía agitar sus brazos y piernas. Al chocar con el empedrado, hizo un estallido, desparramando sangre por todos lados. Las personas empezaron a gritar y sorprenderse, ya que de esa suciedad podían ver que algo emergía. Julio, uno de los clientes habituales de la joyería empezó a acercarse al lugar donde yacía "eso". Él se quedó atónito mientras que de la sangre brotaba algo, una criatura, un monstruo, una atrocidad, primero veía que se formaban como si de brazos se tratare, luego parecían ser sus piernas las que se solidificaban, como las de un humano, quebrándose hacia atrás. Luego de su cuerpo sin ningún tipo de pelaje comenzaba su cara, dos ojos, completamente oscuros, como un tiburón, como si la maldad total estuviera en sus ojos. Es cuando uno piensa, los ojos son las puertas del alma, al mirar sus ojos podía sentir el temor que tenía Julio, solo se quedó allí mirándolo, mientras se terminaba de formar. Luego solo se dio vuelta, lentamente. Primero sus pies, acompañados por sus rodillas y luego seguido por su cadera, su pecho y su cabeza. En su cara había algo que lo inundó, el color de su piel era pálido, como la de un muerto, sus ojos estaban convertidos en cenizas, su boca quemada, con apenas un poco de sangre brotando de sus labios. Todas las personas que estaban aún en la calle se impactaron al ver lo sucedido. De repente en medio del pecho de él, salió una especie de mano, con uñas largas, luego de traspasarlo, quito la mano, y con ella mucha sangre. Las personas empezaron a gritar y a agitarse. Solo podía ver desde la ventana, que se llenaba de sangre, mucha sangre.

Del mismo arco, el cual era en realidad una nave, cayeron más de esas criaturas, esta vez algunas encima de las personas para amortiguar la caída, que había hecho que uno de ellos terminara abatido. Veía como los desmembraban lentamente aun cuando agonizaban de dolor. Deseaba no estar ahí, pero si lo estaba. Unos pocos salieron corriendo, a más no poder, pero uno por uno los iban cazando. Uno de ellos, se volteó, primero su cabeza, luego con sus ojos miró hacia donde yo estaba. Me aparte de la ventana bruscamente, llevándome puesto la mesa, con algunas cosas, martillos, destornilladores y demás herramientas, haciendo que cayeran al suelo, lo que hizo ruido. Corrí y me escondí en donde estaban los expositores con algunos collares y joyas, sentí que se abría la puerta, pero no solo eso, se escuchaba como si luego de abrirla la estuviera arrancando de sus bisagras. Cada paso que daba era como si temblara todo el suelo, solo me quede observando, respirando lenta y profundamente para no hacer ningún ruido, solo quedaba esperar que se fuera, para poder huir. Pero lo imposible y más tonto empezó a pasar, mi celular comenzó a vibrar y a sonar. Mi corazón se agito y atine a callarlo rápidamente, al sacarle la batería. Este monstruo agarro la parte superior del mueble, mostrándome apenas sus manos, que eran del tamaño de mi rostro, con uñas filosas, y de una sacudida dio vuelta el mueble, levantándolo por los aires, atravesando los vidrios. Me puse contra la pared y lo mire. Medía alrededor de los dos metros 37 o 44 y su piel era de un tono azul Prusia, o quizás un poco más gris. Solo se quedo mirando, no sabía si a mí o si miraba la pared. Se acercó hasta llegar a mi cara. En cuatro patas, mientras olfateaba. Pude darme cuenta de que en realidad ni siquiera podía verme, parecía que solo veía ondas de calor y el aire acondicionado había estado prendido todo el día, se dio la vuelta y parándose en lo que parecían ser sus dos piernas se fue con los de su clase. Quien diría que un aire acondicionado me salvaría, un poco tonto no?, es lo que pensaba, me asome a la parte trasera y vi a dos de ellos alimentándose de los que antes eran mis vecinos Claudia y Javier. Retrocedí lentamente con cautela para no hacer ningún ruido que los alterara o distrajera, me di vuelta y vi a uno de ellos destrozando a Tomás, mi socio, mi amigo, casi un hermano. Tapando mi boca para que al lamentar no gritara de la bronca que tenía, me dirigí hacia esa criatura, tomando del suelo una roca contundente y armándome con valor, golpee su cabeza, primero una vez, luego dos y tres hasta que se desmayó, aun así en el suelo, le seguí pegando, despedazando su cráneo, para asegurar su muerte. Rápidamente tome la llave de la camioneta de lo que quedaba de mi hermano, lamentándome, y corrí hasta donde estaba el vehículo. Lo encendí y acelere todo lo que pude. Vi que trataron de seguirme pero se quedaron al ver el cuerpo, seguí mi camino en la carretera, sabiendo que este solo era el comienzo.

Se Podía ver la camioneta huyendo y el cielo abriéndose en dos. Pasando naves, muchas de ellas, garantizando una aniquilación o una supervivencia, una lucha, una guerra entre los humanos y quienes querían asesinarnos, los Bigglows.                

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⏰ Última actualización: Mar 09, 2017 ⏰

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