LA TRAGEDIA DE PAUL

Hace mucho, pero mucho tiempo vivió un hombre llamado Paul Roberts, él era lo que se podría decir el chico perfecto, el que siempre conseguía lo que se proponía, el chico al que nunca le pasaría nada; en pocas palabras: el hombre con el que cualquier persona desearía pasar el resto de su vida, porque todos se imaginaban  que el siempre estaría ahí con ellos, pero eso no fue lo que le sucedió al gran Paul Roberts. Paul nació en un pequeño pueblo llamado Ronclarkfield ubicado al oeste de Nebraska, él había pasado toda su vida ahí, él lo llamaba “mi pequeño amanecer”. Sus padres John Roberts y Christine Williams, la hermana mayor  Victoria Roberts,  seguido por el hermano del medio o el hermano “torta” como Paul le decía  era llamado Charlie Roberts, siendo Paul el hermano menor.

Su padre trabajaba en unas oficinas como arquitecto a las afueras de la ciudad; su madre era ama de casa, años atrás la habían despedido de un trabajo como mesera por tirarle encima un café hirviendo a una clienta frecuente quedando ella despedida permanentemente de ese lugar, Christine pudo haber conseguido un nuevo empleo porque la despidieron a muy corta edad pero mejor decidió dedicarse al hogar y sobre todo a su familia.

La hermana mayor Victoria era diseñadora de modas, ella trabajaba en Denver, Colorado por lo que solo visitaba a su familia en vacaciones, los últimos años había estado batallando un poco en ir de visita en vacaciones  ya que Victoria estaba casada y tenía una hija pequeña de 3 años; Charlie estudiaba su penúltimo año en la universidad de Nebraska; y finalmente estaba Paul el último pero no por eso el menos importante, él llevaba una vida muy feliz y estaba estudiando la preparatoria.

Años después Paul se había recibido como administrador de empresas, aunque lo que más le apasionaban eran los carros, la adrenalina, la velocidad… (El peligro).

Paul llevaba años de novio con una mujer llamada Rachel ella era todo para él y no se querían…se amaban con todo su corazón, ellos nunca se peleaban. Eran como la pareja perfecta que todos desearían ser, pero en toda relación existe una discusión. Y sí, un día llegó lo inevitable Paul y Rachel discutieron muy fuerte provocando que Paul no pudiera más con la pelea y tuvo que recurrir con su mejor amigo escribiéndole en una carta lo sucedido y tratando de que su mejor amigo, el que siempre tenía algo que decir, le ayudara para tratar de solucionar el problema, la carta decía lo siguiente:

Querido amigo:                                                                                                                     05/12/2006

No sé por dónde empezar pero bueno, el caso es que yo tenía una relación hermosa, la cual duro 4 años y medio, ella y yo pasamos por muchas cosas, luchamos juntos y logramos vencer muchas barreras que se interponían en nuestra relación, planeábamos casarnos, tener hijos y demás, siempre estábamos el uno para el otro. El caso es que a principios de marzo comenzamos a discutir mucho, más que todo admito que fue por mi culpa debido al estrés del trabajo entre otras cosas que me tenían mal, admito que mi carácter estuvo insoportable, así llegamos a un 23 de marzo cuando en medio de una discusión ella dijo: "creo que es mejor que nos demos un tiempo" a lo que yo en medio del enojo conteste "ok", entonces ella llorando dijo "¿cuánto tiempo?" y yo en medio del enojo le conteste a la mujer que  amo       "no sé , el tiempo que tu creas necesario", entonces ella llorando se fue caminando en dirección opuesta a mí, normalmente en este tipo de discusiones cuando esto pasaba siempre  yo iba detrás de ella o ella detrás de mi, pero en esta ocasión dudé por unos segundos y la dejé ir (grave error, la dejé ir)..., ese día en la noche la llamé, con alguna excusa barata y terminé diciéndole que no quería esperar un tiempo y quedamos en vernos al día siguiente , fue hermoso cuando nos vimos, sin embargo, ella llorando me dijo que la decisión de tomarnos un tiempo seguía en pie porque ella consideraba que lo necesitábamos, yo le insistí en que no lo quería, pero en fin, que respetaba su decisión, luego de esto siguió pasando el tiempo y yo empecé a buscarle pero ella levantó un muro con el cual no me dejaba pasar.