Happy Birthday

The sweetest gift: nejiten

EL REGALO MÁS DULCE

Hola a todas de nuevo, he tardado en dar señales de vida, pero aquí estoy, para su fortuna o desgracia, y ¿cómo no hacerlo? si hoy es el cumpleaños de Tenten, sin nada más que agregar comencemos.

Se levantó temprano como todas las mañanas, se puso su ropa habitual, salió de su cuarto para desayunar con su familia y luego de tomar su bolsa salió de la mansión para dirigirse al campo de entrenamiento, antes de salir escuchó a unos ancianos hablando sobre él, caminó lento intentando escuchar, tenía tiempo, lo que escucho lo tomó desprevenido, salio casi corriendo, una vez que pudo divisar el campo de entrenamiento se dirigió casi por inercia a un lugar un poco más apartado, llegó a su destino y dejó su bolsa en el suelo, lanzó una breve mirada al lugar intentando encontrar a su carismática compañera de equipo y/o entrenamiento, pero todo lo que logro ver fue lo mismo que siempre veía, un pequeño campo rodeado de arboles enormes llenos de marcas dejadas por las armas de Tenten, desde hacía más de diez años que entrenaban allí, desde los trece años, se sentó y contempló el lugar.

Aquel lugar había sido testigo de batallas de nivel genin, chunin y jounin, testigo del crecimiento tanto físico como mental, espiritual y a nivel de habilidades de ambos jovenes, fue testigo del primer entrenamiento de parejas que había propuesto Gai-sensei hacía tantos años, testigo del día en que ambos se hicieron genin, cuando lo ascendieron a chunin a él y un poco más tarde a Tenten, cuando él fue ascendido a jounin, aquel lugar fue testigo de la sangre y el sudor derramados en honor a la vida ninja, en honor al esfuerzo y la auto-exigencia permitiendo así sembrar y cultivar los frutos de la pasión y el amor por los suyos, luchando y mejorando cada día para proteger a los suyos, sus familias, su aldea, su país; pero ese lugar también fue testigo de las caídas, tanto emocionales como físicas, los golpes de la vida y las gotas saladas producto de tristeza, ira o frustración, pues allí era donde ambos se refugiaban si la peligrosa y muchas veces solitaria vida shinobi los abrumaba de sobre manera.

Allí se escondían si querían escapar de la monotonía, o del azar, del ruido ensordecedor o del silencio apabullante, allí fue donde Tenten lloró a solas cuando se le informó que sus padres habían muerto en una misión de rango s, allí fue donde él pudo desahogar su furia contra los ancianos de pensamientos arcaicos que siempre lo insultaban sólo por ser de la rama secundaría, también fue allí donde, después de resultar gravemente herido en la guerra, sus dos compañeros junto con su sensei, lo apoyaron y ayudaron con su recuperación.

Escuchó una risilla dulce detrás de él, ni tan siquiera se molestó en voltear, sabía que esa risa cantarina y dulce era Tenten, sabía que ella reía porque no sólo había cambiado su peinado, sino también su atuendo, se levantó lentamente de su lugar, aún sin voltear, acomodo su abrigo, Tenten aún reía un poco, lo miraba desde atrás sorprendida y nerviosa, aún más nerviosa cuando el hyuga se dió la vuelta para decirle algo.

-llegas tarde

- lo lamento, mi alarma no me despertó, pero me lo perdonaras por ser hoy mi cump...- él la interrumpió.

- la alarma no te despierta, sólo te avisa que ya es hora de despertar, no es como si tuviera manos que de abofetearan para despertarte, levantarte temprano es tu responsabilidad Tenten- decía él mientras se acercaba a ella.