Abrió los ojos.No vio nada. Todo estaba de color negro.
Intento tocar algo a su alrededor.
De nuevo nada.
Tenia la sensación de estar flotando.
-¿Donde estoy?-pensó.
Todo estaba en completo silencio. Intentó hablar. Pero su boca no emitía ningún sonido.Poco a poco comenzó a ver una pequeña luz a lo lejos. Una luz en un principio tan tenue que en un primer momento creyó que era producto de su imaginación. Poco a poco, cada segundo, la luz fue intensificándose y cambiando de color. Al principio el cambio de color apenas se percibía, mas tarde el cambio era tan rápido que comenzó a marearse.
-¿Qué es esa luz?- se preguntó.
Sus pies tocaron por fin una superficie. Un suelo. Lo notaba frío en sus pies, estaba descalza. Comenzó a andar hacia la luz y a medida que se acercaba esta parecía llenar colores todo el espacio.
- Todo esto es muy extraño- se dijo.
Continuo caminando. A su alrededor aparecieron cuatro grandes paredes de color blanco. En ellas había dibujos . Sus dibujos. Todos esos bocetos que creaba solo para ella. Que nadie jamas había visto y que nunca pensaba enseñar.
-¿Que hacen mis dibujos en las paredes?¿Quién los ha colocado ahí?- pensó mirando sorprendida a su alrededor.
Pero los dibujos no permanecían mas de unos minutos allí y constantemente se sucedían por otras de sus tantas creaciones.
-Estoy loca. Definitivamente estoy loca.¿Qué me está sucediendo?-dijo por fin recuperando su voz mientras se tapaba los ojos con las manos.
Finalmente todos los anteriores dibujos desaparecieron y en las cuatro paredes solo uno se quedó plasmado. Uno que ella no reconocía. No era uno de los suyos. Aquel dibujo era fantástico. Era la imagen de un chico. Apoyado sobre lo que parecía un muro con una de sus piernas flexionadas. Unas zapatillas, unos vaqueros rotos y una camiseta de rayas. En sus manos sostenía un libro abierto de color negro y en cuya portada no aparecía ningún titulo.El chico no leía. Tenía la cabeza girada en su dirección. El dibujo era tan bueno que parecía que sus ojos azules la miraban. Pasó varios minutos contemplando las paredes sin darse cuenta que poco a poco el dibujo desaparecía. Al igual que las paredes. La luz. El suelo. Volviendo a encontrarse en un espacio de color negro.