C u a t r o

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"Dijeron que te dejé atrás, dijeron que nunca aprendí a amar"

Estabas enamorada de alguien que ya no volvería a saber qué era la libertad. Enamorada de un alma que ya estaba enamorada de alguien más. Nuestras historias se parecen, querida.

Yo seguí a esa reina. Yo apresé a ese ángel. Y créeme que lo siento. Sé cuánto lo amabas, pero yo no sabía lo que era eso en aquel entonces.
Murió allí, y cuánto me arrepiento.

Lo querías mucho, ¿verdad? Pero él no sentía lo mismo por ti. Tú tampoco me querías a mí. Después de todo, se suponía que no podía amar y, ¿quien ama un corazón que sabe que jamás podrá corresponderle? En realidad, muchos lo hacemos, pero no tenemos el valor de decirlo porque, en el fondo, tenemos la esperanza de que algún día nos amen igual.

Tú me enseñaste qué era el amor, y entonces decidiste que no podías seguir viviendo así, sin él, y mi corazón volvió a quedarse en sombra.

Pero, escúchame. Le abrí la puerta una noche y le dije que se fuera. Quiero que sepas que no lo hice por él, que lo hice por ti, aún así, él se negó. No era yo quien decidía si liberarlo o no, eso le correspondía a la reina de gélido corazón de la que se había enamorado profundamente.

Él decidió quedarse con ella, y tú decidiste marchar.
Nos dejaste. Me dejaste.

Érase una vez un corazón marchito,
Continúa tú, que yo ya he escrito.

Érase una vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora