Elle

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Bloodstream/ Ed Sheeran.

El cabello de Violet me hacía cosquillas en la nariz.
En la penumbra de la noche solo veía mechones de cabello castaño revoloteando, cosquilleandome la piel.
Siento como esas delgadas piernas se empeñan en sostener cada costado de mi cuerpo, arropándolo como si tratara que adueñarse de él.

Odio mentirme a mí misma, lo detesto.
Pero sabía a la perfección del asunto,que le quería, y no como el amor fraternal, como cuando una amiga ama a otra, era amor enfermizo, posesivo, a la mala.

Estaba tentando al diablo, al salir con ella, lo sé.

Pero no me importaba.

Nadie parecía prestarnos atención, ni siquiera por los gemidos que raspaban su garganta; ninguno podría vernos aunque cargara con binoculares  y estuviese a metros.
Las persianas tapaban lo que debían, y se quedaban calladas en un lugar de la habitación.
Escuchaba voces rasgar mi cabeza que pensaba ignorar.
Y no me estaba volviendo esquizofrénica, claro que no, era los químicos que ahora exploraban mi sangre.
Estaban iniciando un efecto en mi interior, llenándome, alcanzándome de tal manera que quemaban.
Un dolor me dominó la cabeza, tanto que los besos que me esparcía con espero la chica, no los sentía.

Uno.
Dos.
Tres.

Sus labios en forma de corazón eran rosados y suaves, carnosos y llenos; pero aún no entendía el porque se sentía bien esa escena, donde lenguas y piel comenzaban a tomar posición.

No soy así.
No era así.
¿O sí?

Antes que pudiera conducir sus labios por debajo de la pijama, donde la piel estaba expuesta la detuve.
Coloque ambas de mis palmas de manos en su rostro torpemente, contorneandolo , sintiéndome debilitada por la hierba.
En el lapso de segundos a otros, simplemente la aparte de encima de mi, tratando que mi sentido despertara y se sincronizada con mi cuerpo.

Quería olvidar el amargo sabor que traía.
Quería olvidar la textura de sus labios.
Quería olvidar este momento.

¿Infidelidad? ¿atracción?
Fueron preguntas vagas, que musito a la desconocida que simplemente extendió la comisura de los labios para dejar paso a una sonrisa.
Rogó que nadie pudiese presenciarlo.
Hasta que una luz blanca resplandeció a travez de las persianas, unos segundos para luego desaparecer.

Otra vez.
Una más.

No provenían del cielo por lo que estaban descartado que fueran estrellas, lo sabía, estaba a punto de amanecer como para que una apareciera.
No era verdad, era un flash.
Una cámara.

Los latidos de mi corazón se volvieron locos, al igual que mi cuerpo, y todo mi sistema.

Corrí hasta la ventana tropezando con el mar de zapatos sin importar, arañe la persiana desesperada para ver la sombra que ahora corría a metros, sosteniendo con dureza la cámara como si estuviera apresada a su cuerpo.

Soltando un grito de exasperación, corrí escaleras abajo, sin interesarle despertar  a la mitad de su familia recorriendo como cohete la sala y saliendo disparada hacia la entrada.
Solo quería correr hasta encontrar a esa maldita persona, que pensaba adueñarse de su privacidad.
Antes que cayera de horcajadas hacia la calle, maldiciendo mientras recobraba la compostura, haciendo que mis rodillas chillarán.

Sangre y lágrimas.
Corrían ambas como agua en el río.
Trágame tierra.
Que se estrelle un meteorito en mi cabeza, por favor.
Trate de desviar mi mente, con cosas ridículas pero no podía.
Esas fotos revelarían un día que querría olvidar.
Desearía con toda el alma que el tiempo girará hacia atrás para evitar este desastre.

Fue inútil.

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