Su Abrazo

Él

Un día normal, una tarde en la casa de mi abuela después de un almuerzo, cuando todos estan durmiendo menos mis primos y yo que estamos jugando a diferentes cosas pasandola bien sin preocuparnos de nada, riendo, peleando, aveces los más chiquitos llorando por algún golpe.
Pasado un buen tiempo se hace la hora de irse, volver a casa como era siempre, o eso pense yo, me despedi de todos y me dirigí al porton para subir al auto donde me esperanban mis hermanos y mi mamá yo iba distraida mirando al piso entonces, cuando levanto la vista veo a un hombre parado como esperandome para irnos. Pero... Se parece a alguien, es imposible, no puede ser, estoy lejos no veo bien debe ser eso, o no? Sera?-pienso comenzando a sentir como se me acelera el corazón- Creo que si... Es... Es él, ES ÉL!
Corriendo todo lo rapido que puedo lo abrazo, lo abrazo porque lo extraño, porque lo necesito, porque todavía no creo que sea real, porque no quiero que vuelva a dejarme y me undo en él como si estuviera hecho de algodon que absorve mis lagrimas. Cuando empeze a llorar? En cuanto corri para abrazarlo...
Llore, llore sin poder dejar de abrazarlo, sin querer hacerlo porque si lo hago estoy segura de que va a irse y no quiero, NO OTRA VEZ! Fue entre medio de mi llanto descolsolado que me dijo:
-No tengas miedo, yo te cuido.
Escuchar eso solo logro que llorara más fuerte todavía pero esta vez no solo de tristeza sino de felicidad porque escucharlo hablar me confirmo que era verdad, él estaba ahí abrazandome fuerte, protegiendome... Pero de que? No importa la verdad, mientras se quede abrazandome así para siempre.
-Si a mamá le pasa algo me muero! Me muero, no podría... Te necesito devuelta- Le dije mientras lloraba a los gritos acurrucada en su pecho mientras él iba desapareciendo de a poquito entre mis brazos, hasta que desaparecio por completo. Aún llorando me dirji al auto en el que todavía me esperaban y me miraban entendiendo la razón de mis ojos rojos e hinchados, me seque las lagrimas y me subi al auto sabiendo que por más que yo quisiera que ese abrazo durara mil vidas no podía hacer más que aprovechar esos cinco minutos.
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Y así desperte, con al almohada húmeda como como prueba de mi sueño deseando volver a dormir para volver a soñar con él pero conciente de que no iba a pasar, aunque también feliz por poder volver a abrazarlo en sueños y saber que a pesar de no poder verlo despierta desde hace 6 años mi papá sigue en algún lugar, protegiendome .