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0 0 8 | Shun Kazami. [2]

"Peligroso".

  Una chica azabache se encontraba en la casa de su gran amigo de nombre Shun Kazami, ella parte de sus amigos como todos los demás pero al parecer ella era la única que podía hacer entrar en razón a aquel pelinegro.

  Todos los chicos sabían el problema psicológico que emergía de aquel chico de diecisiete años, tenia un severo problema de paranoia no había ningún día después de la muerte de su querida prima de nombre Sellon, en donde el sintiera la rara sensación de ser espiado.

  Como sus distintivos amigos intentaron hablara con el, definitivamente tendría que hablarlo con algún doctor que pudiese ayudarlo con su problema, lamentablemente ninguno de sus compañeros lo había hecho cambiar de opinión, su madre Shiori, estaba demasiado preocupada por en estado en como se encontraba actualmente su primogénito.

  Tenían miedo de que uno de sus amigos / hijo / nieto, tuviera una enfermedad más adelante si ahora no hacia completamente nada, su enfermedad podría ser más fatal.

— Buenos días, señora Kazami. — menciona la inquilina, para después realizar una reverencia.

— Buenos días, (T/N). — saluda la mayor mientra se dirige hacia ella.

— ¿No a notado nada distinto en Shun?. — cuestiona la menor para observarla, lo que mas lamento fue que negara con la cabeza.

— No. — responde un poco triste.

  Lo que mas le había afectado la chica de la señora fue que ella es una señora que nunca se rendía nunca pronunciaba aquella frase donde decía que "ya no podía hacerlo", ella fue así desde que el padre de el pelinegro los había abandonado por razones personales.

  La adolescente era demasiado unida hacia la familia de el chico, pues sus padres siempre se juntaban al igual que la familia Kuso, podríamos decir que ellos eran los mejores amigos que pidiesen existir.

  La azabache había tomado el curso de psicóloga técnicamente no para ayudar a su amigo, sino que eso sucedió años adelante, sinceramente no había caso en el que ella no fallara, debemos de admitir que ella era buena en esos casos, fue por ello que la madre de el chico hablo con ella para que intentara ayudarlo.

— Estara bien. — intenta provocar felicidad en si rostro.— Shun es fuerte ante aquello solo no a superado la muerte de su querida prima hermana. — explica mientras retira un mechón de su rostro.

— Tal vez eso sea. — pronuncia la mayor mientras observa melancólicamente la habitación de el chico. — ultimadamente ya no a querido que nadie entre a su habitación. — suspira en un tono bajo. — ya no se que hacer... — menciona por ultimo quitando algunas lágrimas rebeldes que sobresalían de sus ojos.

— Todo saldrá bien. — coloca su mano en el hombro de aquella mujer.

  La mayor sonrió en un tono de preocupación, ella había tomado un bocado de aire para después dedicarse a tomar aquella perilla para después voltearla lentamente, cuando la puerta finalmente se hacia abierto la chica decidió entrar.

  Para después observar un escenario completamente desastroso, las cosas que poseía el chico pelinegro se encontraban en el suelo totalmente desordenada, sus muebles estaban en ciertamente volteados a la dirección contraria, ella recordaba que en ese lugar habitaba un espejo lo suficientemente grande para observar la silueta de una persona pero ahora solo estaban aquellos vidrios que lo formaban, debía de admitir que todo a su alrededor se encontraba hecho un desastre.

  Podía observar a el chico en una esquinera susurrando técnicamente algo que le era inaudible debido a la distancia en donde se encontraba, parecía que este caso iba a estar difícil para él.