Capitulo 35

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Dan y yo acompañamos a Chess hasta la salida

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Dan y yo acompañamos a Chess hasta la salida. Se veía derrotada y por un momento sentí pena por ella, ser usada de ese modo... debió habérsela pensado dos veces.
Dan mandó a uno de los choferes que la llevara al aeropuerto, y así fue, ella se subió a la camioneta, no sin antes despedirse de Dan dandole un corto abrazo. Conmigo únicamente extendió la mano, dudando en hacerlo, pero cedí. Apreté su mano levemente para después separarnos enseguida.

Despedirla no estuvo dentro de nuestros planes, así que en cuanto la vimos marcharse nos dispusimos a caminar hacia el auto de Dan. Tenía el material listo para entregar. Me sentía demasiado ansiosa y nerviosa. Y es que sabía que emocionalmente estaba dependiendo de Carlo, pero mi mente se negaba, mi mente me decía que me permitiera avanzar y trabajar; Dan me lo confirmaba. Él era quien me orillaba a continuar con lo que había iniciado, extrañamente hacia que volviera a poner los pies en la tierra y recordar mi propósito de todo esto, estaba segura que a él no le importaba arrastrarme a la realidad, me di cuenta por las siguientes palabras que dijo.

—No tardó demasiado en darse cuenta de la realidad... —parecía que sus palabras las había dicho a nadie en especial, pero sabía que eran para mí, sabía a quien se refería.

—¿Carlo?, bueno, no tengo mucho que decir al respecto. No conozco su pasado como tú —no estaba molesta, solo exponía la verdad.

Entramos en el auto repitiendo los mismos pasos de siempre.

—Carlo tiene un problema, pero le cuesta aceptarlo como tal, prefirió dejar de estar en una relación que buscar ayuda —mirar su boca como parloteaba era de lo más hipnotizante.

—¿Y que problema es ese? —aún no daba con la lógica de aquel problema.

—Eso deberías hablarlo con él —se limitó a decir.

—Hablaré con el, sí —miré al frente y asentí, pero volví a mirarlo —, pero antes me gustaría escuchar tu opinión.

No podía negarse a eso, definitivamente. Quería caer en cuentas y tener otros preceptos de la situación a la que iba a enfrentarme si permanecía con Carlo, por qué para ser sincera, Carlo estaba llenando cada rinconcito de mi mente, haciendo que me preocupara por él, haciendo que yo quisiera entenderlo.

Sus dedos se ajustaron al volante, calculando sus palabras que iba a soltar. —Cuando él está en una relación no puede ser fiel, no sé siquiera si lo intenta, pero siempre termina arruinándolo. Es por eso que lo dejan y termina sufriendo.

¿Estábamos en una verdadera relación?
Para mí implicaba que si, y con esto que acaba de escuchar confirmaba que así era.
¿Quién tendría sexo sin estar en una relación?
Definitivamente había personas que lo hacían, pero yo no. Y entonces algo dentro de mi dolió. Me había engañado y ellos lo sabían. Por eso su mamá la trajo, por eso Carlo se alejó, por eso Dan me ayudó. ¿En verdad era yo tan ilusa como para no darme cuenta? Un momento... No quería darme cuenta.

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