" y si te quedas esta noche, y si me abrazas en la cama y si encaramos por fin tantas ganas de ser los testigos de nuestras mañanas; cuando cruces la puerta deja atrás todas tus dudas y tus remordimientos. Para qué pensar si somos el capricho de lo sentimos, sólo quiero que seas lo primero que vea cuando abra mis ojos."
Estar entre los brazos de Bruno era sin duda la experiencia más exquisita de toda mi vida, creo que si pudiera congelaría el tiempo para estar así hasta cansarme, aunque esa última palabra fuera imposible, nunca podría cansarme de él.
Aún estábamos en el piso, en realidad ninguno de los se había preocupado por cambiar de posición; mi rostro descansaba sobre su torso y nuestras piernas estaban tan enredadas que parecían una sola, una de sus manos descansaba sobre mi espalda desnuda mientras que la otra repartía deliciosos masajes sobre mi cabeza.
- ¿Tienes planes para hoy?.- Preguntó de pronto, acabando así con nuestro cómodo silencio.
- Eh...- Me detuve unos segundos antes de responder, en realidad no tenía planes, claro, aparte de comer helado y ver una película súper dramática.- ¿ Por qué lo preguntas?.
Sentí una especie de vibración departe del cuerpo de Bruno, era obvio que mi respuesta- pregunta, le había causado gracia.
- Si sabés que es de mala educación responder una interrogante con otra-. Masculló en tono suave.
-¿ Desdé cuándo lo es?-. Sonreí, antes de que pudiera argumentar algo más, continúe hablando-. No, no tengo planes.
- Perfecto-. Rompió nuestra íntima situación, me ayudó a levantar. Tomé mi toalla sin mucha elegancia y fui hasta la habitación a vestirme.
- ¿ A dónde vamos?-. Pregunté una vez nos habíamos montado en el auto de Bruno.
- Es una sorpresa-. Desvió un segundo la mirada del volante para mirarme al hablarme.
- ¿Sorpresa?-. Enarqué ambas cejas.
Éste asintió con la cabeza, volviendo a concentrar su mirada en la carretera. Lancé un suspiro melodramático, lo vi sonreír de lado al escucharme. Giré mi rostro y levemente mi cuerpo hacia el espejo, perdiéndo mi vista en el camino.
El trayecto al lugar desconocido había sido un tanto silencioso, pero no era un silencio incómodo. Todo lo contrario, era bastante relajado.
Bruno aún no me había dicho hacia donde nos dirigiamos, pero sospechaba que era un poco apartado de la ciudad, o eso indicaba el camino que habíamos tomado.Decidí encender la radio, busqué hasta encontrar una canción que me gustara. Encontre una de mis favoritas * Bruno Mars- 24k magic*. Empecé a cantarla; todo bajo la atenta y lasciva mirada de Bruno.
- No te conocía esos talentos cara-. Susurró en tono de burla.
Continúe cantando mi canción, pero está vez me giré sobre mi asiento para quedar al frente de él.
Quieres burlarte te daré razones.
Canté a todo pulmón digamos que le estaba dando una mini serenata a Bruno, aunque él no hiciera más que burlarse. Para mi mala suerte la canción la canción terminó y tuve que volver a mi lugar.
Aunque la canción ya había terminado la risa de Bruno no, su risa fue muy contagiosa tanto que terminé riendo igual o peor que él, en serio que acababa de hacer un espectáculo deplorable.
- Hemos llegado-. Anunció Bruno una vez había detenido el auto.
Al bajarme del coche me quede parada observando todo con detenimiento. Mis conjeturas fueron acertadas ya que nos encontrábamos fuera de la ciudad, en una hermosa casa campestre. La luz de la noche bajo el cielo estrellado le daban un aire de calma increíble a ese lugar.
Estaba maravillada ante tanta belleza, era un lugar excéntrico y eso lo hacia ver mágico.
Bruno me rodeó por la espalda, colocó su mandíbula sobre mi honbro, sentí sus manos sobre mi abdomen y sus labios cerca del Lóbulo de mi oído, su olor impregnó en mis fosas nasales al instante.
- ¿ Te gusta?-. Susurró cerca de mí oído.
- Esto es... Precioso- . Masculle con una sonrisa.
- Sabía que te gustaría-. Elevó mi barbilla para unir nuestros labios en un cálido beso, un hermoso y pasional beso-. Esto es tan hermoso como tú, no, tú lo eres más.
Mis ojos se empañaron sin poder evitarlo, sí, lo sé soy muy dramática pero era algo que me sobrepasaba, es como si mi corazón se arrugara ante aquél detalle; Bruno estaba actuando diferente y no me refiero sólo al hecho de que no estuviera actuando arrogante, su actitud era distinta y eso me hacía sentir "especial", quizá yo fuera una estúpida ilusa que deseaba creer en lo imposible pero con Bruno quería permitirme eso.
Quería permitirme desafiar el orden de las cosas, atreverme, permitir que ese sentimiento arrebatado, pasional, deseoso, contradictorio, inclusive masoquista llegara hasta mí; Bruno estaba en mi vida, en cada fibra de mi ser y eso era algo que ya no podía cambiar.
Iba a jugar, ¡ demonios lo haría!, así su amor terminará matándome, prefería eso a volver a experimentar su ausencia, estaba jodida eso lo sabía pero por él, por Bruno Prieto. Estaba más que feliz de quemarme en el infierno siempre y cuando él estuviera a mi lado.
Santiago SantaCruz- ¿Y si te quedas qué?.
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AMORES QUE MATAN ©
Romance{EDITANDO} BORRADOR Y morirme contigo si te matas y matarme contigo si mueres, porque el amor cuando no muere mata, porque amores que matan nunca mueren. Escenas para (+16), sino te gusta aún estás a tiempo.