Sé que estas prohibida

One shot

Todo paso tan rápido, nunca pensé que podría sentirme así por culpa de una mujer. A pesar de trato de distraerme a través del ambiente nocturno de la ciudad me resulta imposible. Tus ojos, tu cabello, tu boca, tus manos y el sabor de tu piel están encapsulados en dulces recuerdos de lo que alguna vez hicimos los dos.

Pero no podemos estar juntos, porque no llegue antes a tu vida. Hubiéramos estado juntos ahora fusionándonos por el bien de nuestras almas, pero no. Tenías que casarte con ese imbécil de marido que tienes. Un hombre que no te valora, te engaña y sobre todo te miente. Es un gusano que no sabe apreciar nada de lo que tiene.

El primer día que te conocí recordé su traición y tu dolor. Ni si quiera tuvo vergüenza cuando lo descubrimos en el ascensor con aquella mujer en la empresa.

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Todo el personal estaba un poco intranquilo en la Corporación Capsula, pues se presentaría un nuevo inversor en los nuevos robots obreros que saldrían en comercialización el próximo año. Tanto secretarias como el personal de mayor jerarquía no paraban de hablar de este nuevo individuo.

La reunión se daría a las 12 de la tarde de ese día en la sala de reuniones de la empresa estaría presentes todos los accionistas y el presidente de la compañía. Los nervios aumentaron con cada minuto que pasaba, papeles iban y venían, todo era un caos.

Había llegado la hora, todo el personal trato de organizarse lo más pronto posible, pues este inversor era de alta categoría. No muchas compañías tenían como inversor a Vegeta Ouji un gran as en los negocios de alta tecnología.

De repente, en la puerta principal de la sede de la compañía, una limosina se acercaba con rapidez. El personal de seguridad ya estaba formado para recibir a su visitante.

-Buenos días, señor Ouji- dijo el coordinador de los guardaespaldas, mientras hacía una reverencia –Bienvenido a la Corporación Capsula-

-Bienvenido- dijo todo el personal con la misma postura.

Dicho esto un hombre de mediana estatura, con cabello en forma de flama y una mirada que helarían el alma de cualquier hombre bajaba de esta acompañado de un hombre robusto, calvo, con traje sastre negro y un maletín.

Ninguno de los dos dirigió la mirada de quienes los saludaba, simplemente caminaron hacia el frente sin decir ninguna palabra. Al frente de la puerta se encontraba un hombre mayor con bata y un pequeño gato encima de su hombro.

-Bienvenido Señor Ouji y compañía a la C.C.- dijo muy amistosamente –Soy el doctor Briefs, antiguo presidente y uno de los propietario de la corporación. Yo seré su guía hasta la sala donde se dará lugar la reunión programada-

Vegeta y Nappa quedaron impresionados por la amabilidad y tranquilidad del hombre. El doctor les mostro rápidamente todas las instalaciones hasta que llegaron a la sala.

-No piensa entrar?- pregunto Nappa.

-No, mi hija los atenderá- respondió con una sonrisa -Ella me pondrá al tanto de todo. Con su permiso- y se marchó.

Vegeta y Nappa entraron y se encontraron con una mesa enorme con varias personas sentadas frente a esta. Sus asientos estaban reservados con sus nombre puestos en estos. Ya acomodados en la mesa se percataron que faltaba el presidente de la compañía.

Vegeta era un hombre de poca paciencia, si la persona más primordial de esta negociación no se presentaba se iba rápidamente y esta no fue la excepción. A pesar de que los presentes trataron de convencerlo que se quedara, todos sus intentos fueron inútiles. Ya se encontraba en frente de la puerta para marcharse, sin antes ordenarle a Nappa que se quedara un rato más. Después de todo, negocios eran negocios y este era muy bueno, obtendría mucha más ventaja él por esa falta.