Los días pasaron, hasta que se cumplió un mes desde que ese chico Kazuki venía a visitarlo constantemente. Hasta que se hizo rutina, normal. Y raro cuando no venía.
Sus charlas no iban más allá de conversaciones triviales. Como comida, el paisaje, el clima.
Ese día estaba un poco nublado y el frío se hacía notar, así que Ren perdía las esperanzas de que viniera. Estaba en el árbol de siempre, sentado en la rama de siempre, mirando al vacío sin pensar en nada más que ese niño. Aunque Yoshimura sea un vampiro, eran tan diferentes a los demás. No lo trataba de la misma manera que los demás humanos. Era gentil, sin miedo a nada, no le temía y le agradaba eso.
Cuando el sol comenzaba a esconderse y Yoshimura estaba dispuesto a irse de ahí, necesitaba...comer, el olor dulce de Kazuki llegó a él. Saltó del árbol y lo vio a lo lejos, venía con la respiración entrecortada, agitado y sudoroso. Su nariz roja y estaba segura que su garganta dolía a causa del frío.
Fue hacia él y lo sostuvo antes de que cayera por una rama en el camino, enderezándolo y haciendo que sus miradas se juntasen.
— Lle-llegué...— murmuró el peliazul, dejando salir el aire de sus pulmones para restaurarla por una nueva. Su pecho dolía por correr, ese aire helado no les hacía bien a sus pulmones.
— ¿Kazuki? Estás...tu temperatura. — estaba ardiendo, no podía sentirlo directamente, pero lo sabía.
— No es nada, solo tengo algo de fiebre.
— No deberías haber venido.
El peliazul dejó salir vaho de su boca, lo miró a los ojos y sonrió.
— Pero quería venir. — su voz salió ronca, seguido de una tos seca. Kazuki tragó su propia saliva, ensimismado en sus pensamientos y miró al suelo.
— Bien. — susurró el pelinaranja, sintiendo una punzada en su pecho algo...rara.
Recostó la cabeza del menor sobre sus piernas mientras se sentaba en el suelo, sin dejar de mirarlo.
— Descansa, te iré a dejar en un rato.
Kazuki asintió sin decir nada más, disfrutando de la mano del mayor que acariciaba su cabello. Aunque estaba fría y no le proporcionaba calor, le era agradable. Así pasaron unos quince minutos, donde ninguno dijo nada y Yoshimura lo tomó en brazo, comenzando a caminar hacia el pueblo humano.
Al llegar el mayor se colocó la capucha de su manto y caminó por donde el menor le indicaba, hasta que llegaron frente a una casa pequeña.
Kazuki bajó, mareándose un poco y sintiéndose friolento, mirando al mayor con la vista borrosa.
— Ve dentro.
— S-sí...gracias por traerme. — murmuró por lo bajo, sabiendo que Yoshimura lo podía escuchar claramente—. ¿Puedo ir a verlo mañana?
— Sólo si estás completamente recuperado.
Kazuki asintió, acercándose un poco y besando la mejilla izquierda del mayor, quien no supo cómo reaccionar ante ello.
[...]
Yoshimura llegó hasta el lugar de siempre, solo que no estaba solo, varias personas estaban esperándolo.
Las personas, al notar su presencia, se inclinaron ante él sin mirarle al rostro.
— ¿Qué necesitan esta vez?
La voz de Yoshimura Ren los hizo temblar. La voz de un pura sangre.
— Su madre lo mandó a llamar — habló uno.
El pelinaranja suspiró, provocando varios jadeos de miedo por parte de los presentes.
— Ren, cálmate. Solo están siguiendo órdenes — un chico llegó a su lado de manera ligera, sin apartar la mirada de sus ojos carmesí.
— Tora.
— Hola joven amo, mucho tiempo sin verlo — respondió con una sonrisa—. Mamá pensó que te negarías, así que me pidió venir. Es peligroso que estés aquí y lo sabes.
— Nada me pasará. Ahora diles que se marchen — Yoshimura dio media vuelta.
Tora suspiró y todos los demás se marcharon, menos él.
— Tú igual márchate, quiero estar solo.
— Te vi con ese niño.
El pelinaranja abrió sus ojos con sorpresa y luego se calmó, sonriendo de lado—. No es algo que te incumba.
— Sí, si me incumbe Ren. Estás poniéndote en peligro. A ti y a tu madre.
— Que yo sepa ya no vivo con ella, así que no la estoy poniendo en peligro.
— ¡Ren!
— Vete. Ahora.
Tora dejó salir un bufido de resignación—. Estaré cerca si me necesitas...buenas noches.
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Nuestro Destino | Haikyū!!
FanfictionHinata despertó de un sueño muy real el primer día de clases. Cuando todo estaba normal, una palabras de cuidado resuenan en su cabeza justo antes de que un chico llegara, presentándose como Kageyama Tobio.