Parte 1¿me estas ignorando pastelito?

602 61 5
                                    

Me encontraba viendo a mi hermana parada frente a mi gritando muchas cosas que en realidad no entendía o mejor dicho no me interesaba entender, deje caer mi cabeza en el respaldo del cómodo sillón de la sala donde me encontraba sentado, casi acostado, todo daba vueltas, estaba fuera de mí hasta que los gritos de Soo me sacaron de mi hermoso viaje al infinito.


-¡Rayos! ¿Jonghyun estas escuchando algo de lo que te digo?- se veía claramente enojada, ¿o eso en su rostro era preocupación? Solo la observe más intentando enfocar su rostro, en mi estado era un poco difícil hacerlo -estas completamente ebrio- me tomo del brazo, me levanto a jalones y me llevo al cuarto de baño, abrió la regadera empujándome dentro, la tina se empezaba a llenar.

-Soo, mierda esto esta helado- hice referencia a la helada agua que mojaba mi ropa.

-¿Qué esperabas? ¿ agua caliente?  necesito que se te baje esta borrachera, apestas a licor- sus ojos se llenaban de lagrimas, eso me causaba risa y ella lo noto ya que froto sus ojos para alejar los rastros de llanto -¿por qué te has vuelto así? ¿Todavía duele tanto que ella se haya ido?

La vi a los ojos la pregunta fue mas helada que el agua que me mojaba -vete al demonio Soo- la empuje, no quería escuchar nada de esa maldita mujer -no me importa esa tipa, por mí se puede ir al demonio igual que tú- mi borrachera se había ido, ahora mi corazón volvía a doler y estaba maldiciendo a mi hermana por hacer que esa tipa ocupara mi pensamiento de nuevo, me había salido bastante caro sacarla por esta noche.

-Jong debes regresar a tus cinco sentidos, ya pasaron cinco meses desde que ella se fue, tú no puedes seguir así, no es sano- no dejaba de verme, era obvio que sentía lastima por mi, lo podía notar en su mirada.

-No entiendes nada, yo la amo- mis lágrimas estúpidamente empezaron a salir, traicionándome y haciéndome ver como un estúpido mariquita.

-Ohh hermoso, llora todo lo que necesites, debes desahogarte, sé que la pasaste mal pero debes salir adelante-  empezó a abrazarme,  me deje consolar como un cachorro desvalido.

-Cerrare la llave del agua antes de que nos ahoguemos- me dedicó una sonrisa, cerro la llave, tomo una toalla y la puso sobre mi cabeza, mientras yo solo seguía llorando. La puerta de la entrada se escucho y mamá gritaba.

-¿Soo no ha aparecido?- su voz sonaba preocupada.

-No digas nada- le suplique pero ella negó con la cabeza, estaba perdido, mama no me dejaría en paz esta vez, ya me lo había advertido.

-Estamos en el baño de su cuarto madre- gritó mientras me ayudaba a levantarme, mi madre entro corriendo para darme un abrazo.

-Mi niño- sentí su abrazo, beso mi frente y luego sentí su mano golpeando mi trasero.

-Mamá eso duele!- reclamé.

-De eso se trata mocoso malcriado, no sabes cuanto nos asustamos cuando no regresaste- empezó a olerme -¡Dios! Apestas a licor, bebiste de nuevo cuando te prohibí hacerlo- golpeo mi brazo -¿no entiendes lo que digo? Mañana tú yo hablaremos y te juro hijo mio que las cosas cambiaran.


Al día siguiente a tempranas horas de la mañana mi madre estaba golpeando la puerta para que me levantara, a regaña dientes me levante si no lo hacia estaba seguro que las cosas se pondrían mal pero de hecho desde la noche anterior las cosas ya estaban mal.


-Buenos días hermosas- les dije a mi hermana y a mi madre esperando que el enojo de la noche ya hubiera pasado pero la verdad es que creo que ellas ya habían planeado algo, podía verlo en sus rostros, se intercambiaban miradas -¿sucede algo?- pregunta estúpida pasaba de todo.

Te Vi Sin Que Me VierasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora