Una partida de... ¡BILLAR! [KaiSoo]

Parte Única.

Una partida de... ¡BILLAR!

Cuando Kim JongIn fue invitado para jugar billar en casa de KyungSoo, no se imaginó que sólo serían ellos dos, ni tampoco que su mejor amigo no supiera siquiera sostener el taco.

JongIn no era un experto en el juego del billar pero sabía jugarlo y ganar algunas veces. Una semana antes había apostado con TaeMin el almuerzo de toda la semana y gracias a Dios y... algunas de sus trampillas, había ganado. Lee TaeMin le había comprado el almuerzo toda la semana y JongIn simplemente había ahorrado todo ese dinero para el nuevo video juego que estaba pronto a salir.

Jamás había visto jugar a KyungSoo billar, y el hecho de que el bajito le dijera que es su casa había una mesa de billar, le sorprendía. Aun así terminó de recorrer las calles que le faltaban para llegar a la casa de su amigo. Cuando estuvo frente a la puerta, no fue necesario tocar el timbre porque se abrió dejando ver a KyungSoo quién llevaba una bolsa de basura consigo.

JongIn se quedó estático, KyungSoo vestía un short holgado negro que dejaba ver sus pálidas piernas. ¡Carajo! ¡A buena hora se me sale lo joto!, se maldijo cuando comenzó a sentirse abochornado.

— KyungSoo...

— ¡Oh, JongIn! Creí que vendrías más tarde, ¡qué torpe! Pasa, por favor.

KyungSoo era muy buen actor, perteneció al club de teatro en la adolescencia y si no lo supiera, en verdad creería que KyungSoo era pésimo en la actuación, ese "¡Oh, JongIn!" había sonado a todo menos a sorpresa, no había sido casual y JongIn lo sabía.

No dijo nada, entro a la casa y KyungSoo seguido de él aún con la bolsa de basura en la mano. JongIn lo miró confuso.

— ¿Qué no ibas a sacar eso?

KyungSoo miró la bolsa en su mano y negó.

— No, sólo quería que tomará aire fresco.

JongIn gimió mentalmente, sabía que KyungSoo sólo lo estaba provocando y estaba funcionando. Se dijo que si su amigo seguía así, iba a ceder y terminaría dejando que KyungSoo lo montara... al revés.

KyungSoo lo guio al sótano dónde estaba su sala de juegos, el pelinegro tenía una mesa de ping pong, de hockey en aire y un futbolito, lo sabía porque no era la primera vez que iba a la casa del pelinegro, pero ver una mesa de billar, completamente nueva, eso sí que lo sorprendió.

— ¿Cuándo la compraste? —le preguntó emocionado mientras pasaba su mano por el borde.

— Hace poco —se limitó a contestar y a encogerse de hombros.

KyungSoo caminó por los tacos que estaban colgados en su estante y le entregó uno al moreno. Después se acercó hasta el mini bar y sacó dos cervezas. JongIn lo miró sorprendido de nuevo.

— Para entrar en calor —le explicó KyungSoo con una voz bastante gruesa y después se delineó los labios con la lengua.