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Era el primer día de las practicas. En la ciudad de Murfreesboro hay al menos unos treinta hospitales psiquiatricos o internados, pero a diferencia de todos mis amigos, decidí ir al hospital psiquiatrico Manderlay, el cual quedaba cerca de mi hogar, aunque eso no era lo único que llamó mi atención, sino el tipo de locos que allí se encontraban. Allí se encontraban los enfermos más peligrosos de todo Tennessee. No el tipo de loco asesino, de esos solo se encuentran en las películas... O en hospitales de mayor seguridad. Que si me gustan los riesgos? Puede ser, pero vamos, es impresionante hasta donde llega la mente humana en casos como estos.

El día ya comenzó mal, mi alarma no sonó por lo que llevo diez minutos de retraso y no desayuné para poder llegar a tiempo, luego tendré tiempo para desayunar. Al llegar a la puerta de aquel hospital, era la única que no había entrado, podía ver un grupo de personas caminar a lo lejos, el grupo en el que yo debería estar. Las puertas al hospital eran unas vallas de hierro, donde supongo que empezaba el territorio que era de este lugar, aunque no entendía como es que podía esto alejar a todos los enfermos de su escape.

 Las puertas al hospital eran unas vallas de hierro, donde supongo que empezaba el territorio que era de este lugar, aunque no entendía como es que podía esto alejar a todos los enfermos de su escape

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-Yo no me acercaría a esas vallas si fuera tu Niña - Dijo una voz que no había escuchado en un largo tiempo-

Me dí vuelta y no encontré nada. Solo una manzana friéndose en las vallas de hierro, no había nadie, ni siquiera un insecto. Mi mente debe estar haciéndome una mala jugada.

-Disculpe, quien es usted?- Preguntó un hombre de al menos unos cuarenta años-

-Mi nombre es Alex Lane, vengo por las practicas- Dije sonriendo, o al menos, intentándolo-

-Señorita Lane, mi nombre es Alexander Manderlay. Sus compañeros ya han entrado, pero permitame acompañarla hasta donde ellos se encuentran -Dijo aquel hombre con una sonrisa, extendiendo su mano para estrecharla con la mía-

Bueno, acabo de darle una mala impresión al director del hospital. Seguí a aquel hombre por el camino, no hablamos mucho, así que me dediqué a observarlo. Era un poco más alto que yo, de cabello negro y ojos marrones. Según se decía, el padre había enloquecido de tanto trabajar allí, por lo que se encontraba internado en el hospital que ahora el señor Alexander dirige.

-Bueno señorita Lane, aquí estamos, espero que encuentre este lugar de su agrado a pesar de todo -Dijo antes de irse-

-Atención clase -dijo el profesor Lewis, quien nos acompañaría en las practicas- En unos instantes el doctor vendrá a hablarnos sobre los pacientes y las distintas enfermedades que estos poseen. Si alguno tiene alguna duda, no sean tímidos, pregunten.

Luego de unos quince minutos en los que fueron llegando más de mis compañeros y en los que pude desayunar una manzana, apareció el doctor Wells. Él explicó que en este lugar había sociópatas, psicópatas, pacientes que padecían esquizofrenia, también otros padecían trastorno de personalidad múltiple, algún que otro bipolar, neuróticos, algunos que tenían más de un trastorno, algunos que habían asesinado... Había de todo.

-... Y ahora, quiero que traten con un paciente, es uno de los más peligrosos que son tratados aquí. Llegó a este hospital tres años atrás, diagnosticado como psicópata, sociópata y también posee dos personalidades, es extranjero, proviene de Manchester Inglaterra, donde es acusado de asesinato... Sam, puedes pasar-

Y ahí fue cuando lo volví a ver. No era ni un poco parecido a lo que era diez años antes. Ahora estaba lleno de tatuajes, era más alto, tenía más músculos y era más que obvio que había dejado de ser aquél chico tímido que tanto quería. Él me observó y se formó una sonrisa engreída en sus labios, tal vez el había cambiado, pero yo no, sabía que me reconocería.

-Buenas tardes, mi nombre es Sam, y a pesar de todo lo que dijo el doctor Wells, soy buena persona.

Lo que dijo no podría ser más falso incluso si él lo quisiera. Pasaron veinte minutos cuando al rededor de cincuenta pacientes del lugar entraron al salón en el que nos encontrábamos y, en medio del caos Sam me sacó de allí.

-Bien, creo que tenemos mucho de que hablar niña, hace diez largos años no nos vemos, aunque creo que al menos se por que estas aquí, verdad? -dijo sonriendo aún más, claro que el sabía-

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⏰ Última actualización: Mar 13, 2017 ⏰

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