Solo han visto llantos y barro, solo conocen humo de cazuelas con aguas vacías.
Ojos encharcados en océanos injustos, unas lágrimas mudas que de lejos no se escuchan.
Triste es su nombre, indiferencia nuestra bandera,
futuro incierto es su mochila de vida, miradas esquivas son nuestra cruz.
Ojos pequeños que miran a hombres lejanos, hombres que observan desde su muralla hecha de promesas, promesas vestidas con espinas de acero.
Triste es el recuerdo de su infancia, infancia perdida ayer, ya no sabe reír, ya no quiere jugar, ya solo sabe gritar, ya solo quiere morir.
Ojos tristes que no hablan pero dicen mucho, pequeño cuerpo que quieres volar lejos del fango, lejos del llanto.
Guerra enemiga, asesina de sueños, ladrona de risas,
guerra destructora de parques, pirómana de lugares que se queman en tus sueños.
Ojos tristes ven a madres de miradas desgarradas, ropas mojadas que calan hasta el alma, culpable una lluvia que no cesa, que lava su rostro asustado y que no limpia nuestra conciencia.
Tiempo oscuro que tapa el sol que brilla, quizás mañana ese sol tape a un tiempo oscuro, quizás un día los ojos tristes sean felices miradas, observando hogueras de armas que se funden en el olvido eterno.
