Cartas.

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- Mack, tienes un cachorro fuera de casa.

Suspiré, luego sonreí ladina y tomé mi capa, luego lo miré.

Lógicamente Dios no era un hombre de 2 metros de altura con cabello blanco y ojos de igual color, pero tendría que comunicarse con nosotros de algún modo, eligió una forma humana.

- ¿Quién, Padre?

- Daniel.

Tenía una sonrisa encantadora, me arrodille haciéndole reverencia y luego saqué mi carta, mi pase para el mundo mortal.

*Años antes*

– Buenas noches cariño.

Yo sólo le sonreí y mamá cerró la puerta de mi habitación. Minutos después caí en sueño.

– Mackensie. – me despertó una voz masculina.

Abrí mis ojos y vi a un hombre con una capa roja, abrochada en el cuello con un diamante rojo, como el de las cartas de naipes. No alcanzaba a ver su cara, eran como las 2 de la madrugada, cómo carajos entró a mi cuarto?

– Es hora.

Luego todo se volvió blanco, la luz se volvió cegante y aparecí en frente de una especie de altar. Atrás de mi había más gente, y yo en pijamas. El hombre de la capa roja se volvió polvo, desapareció.

– Pensé que tenía 24. – dijo un chico con cabello marrón, no se si se podría considerar castaño porque era color tierra.

– Es la elección de Logan, no podemos hacer nada. – dijo una chica vestida como de la muerte, su cabello era totalmente negro, es blanca y los labios negros, sus ojos eran rojos.

– Alguien debería enseñarle a usar las cartas, no es como que Logan haya aprendido a usarlas por mero instinto. – opinó un chico de traje, con un arco y flechas, tenía el cabello recogido y una barba de chivo.

– Buen punto...

– ¿Alguien podría explicarme qué carajos pasa aquí?

Me miraron como si se hubieran acordado de mi existencia.

– Ah, nena, eres la nueva cazadora de fugitivos. – respondió el chico de traje.

– La nueva qué? Esto seguro es un sueño.

– No, no lo es. – sonrió – Bienvenida a la dimensión de los maestros.

– Si, esto es un sueño. Cómo despierto?

– En serio Logan esogió a eso como su descendiente? – al otro lado de las nubes, estaba un chico con chaqueta de cuero, cicatriz en la ceja y en el mentón, cabello verde oscuro. –. Esperaba que al menos aprecie su don.

– Es fácil para ti decirlo, desde que llegaste solo creas problemas. – digamos que era una chica con aire primavera, o sea, su cabello era rosa y tenia una corona de flores.

– Esa es mi función, soy el odio.

– Eso explica lo patán que eres. – reaccioné.

– Ya dejen de pelear. Yo le enseñaré a usar las cartas. – un chico con cabello plateado me jaló hasta una especie de casa de naipes – Ponte la capa.

En mis manos, misteriosamente estaba la capa roja.

– Vamos, caperucita, no tengo todo el día.

Lo miré un poco mal y me la puse.

– Y ahora qué?

– Mete la mano bajo tu manga, cualquiera, piensa en una llave para la casa.

Hice lo que me dijo, una carta blanca salió de allí, entonces como que absorbida por la puerta escapó de mis manos y se abrió.

– Bien, no puedes ir por ahí cazando fugitivos en pijama – subió unas escaleras, para que se den una idea, era tan fina como una baraja. –. No vas a caer, y si eso pasa sólo tienes que sacar la carta vuelo.

No dije nada y lo seguí hasta el segundo piso, me abrió una puerta de Reina de copas, ahí habían una cama y un armario.

– Adentro tienes tu ropa. Vistete y luego baja, te presentaré a los demás y te explicaremos cómo usarás tus cartas.

Luego salió y me dejó sola. Abri el armario y encontré una falda negra, en los bordes un detalle rojo, camisas negras y un sweter rojo. Simplemente lo tome y me vestí, al otro lado de la habitación había una mesa, ahí encontré un pergamino.

Ø Derek.

Ø Lu.

Lo tomé y bajé, salí de la casa y había una especie de patio con pasto y flores, las mesas eran de tréboles de cuatro hojas, mi casa no era la única. A la izquierda había una de flores, a la derecha una de piedra, luego una de plata y muchas más.

El chico con cabello de plata me empujó hasta la mesa de Tréboles y el de cabello marrón me dio un libro.

Cazadores: Al ser escogidos, van directo a la dimensión de maestros. Como parte de su trabajo poseen cartas y como los maestros, poderes para defenderse. Las cartas son su arma principal, pues a través de ellas pueden ir al mundo mortal y traer de nuevo a los fugitivos que encontraron, de algún modo, la forma para volver al mundo mortal. Los cazadores, cupidos, vida y muerte son la única especie con libertad total de ir a su mundo anterior.

– Eso eres.

Alcé la mirada y vi a un hombre con cabello blanco, extremadamente alto y con ojos del mismo color.

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