Dummy Moony

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  — ¡Ah! Soy tan atractivo, ¿Por qué estoy tan bueno, Hae?


Por las mañanas, HyukJae atraviesa la habitación medio dormido, medio desnudo. Se estira en toda su extensión profiriendo un sonoro bostezo que suena a aullido de lobo hambriento. Mueve la cabeza de un lado a otro, y pasa sus delgados y huesudos dedos de su mano izquierda por las hebras de su melena revuelta, mientras que con la otra se rasca la tripa.


— No lo sé, Hyuk. Es un jodido misterio. No duermo pensando en ello


DongHae, amigo desde el segundo grado del medio superior, compañero de habitación y admirador secreto le sigue el juego mientras escupe pasta dental en el lavabo.

— ¿De veras? Ahora entiendo porque te la sacudes con ganas por las madrugadas
— Tienes un ego tan enorme que ya deberíamos cederle el cuarto que nos sobra
— ¡Lo siento, de acuerdo! – dice alzando los brazos – no puedo evitar decirme lo bien que me veo todos los días
— ¿Y qué hay para mí? Yo también me veo bien
— No con toda es baba escurriendo, cariño


HyukJae entra al cuarto de baño. Con su brazo le rodea por el cuello con tanta comodidad física y masculina que DongHae se siente intimidado.


— Miento. Eres hermoso, bebé – dice el pelirrojo y le deja un beso tronado en la mejilla – Ahora, mueve ese rico trasero porque Hwan nos mata si volvemos a llegar tarde a su clase.


Le estruja las nalgas. Su puño bien fuerte cerrado sobre su piel. Lo suelta y entra silbando a la regadera como si no hubiera causado un terremoto en el centro del menor.


Ese hijo de puta.


El agua comienza a caer y HyukJae berrea una canción de hip hop americano. Algo sobre una fiesta alocada por la noche, chicas, sexo y, ¡bah! Que importa. DongHae sospecha que está haciendo un mix no autorizado con frases subidas de tono solo porque sí.


— Shake, shake, shake it for meee – canturrea en medio de un gemido causado por el agua hiriviendo


DongHae inspira hondo y su suspiro siempre suena igual.


Ay, HyukJae.












DongHae es el tipo de chicos que vas por la calle y te hacen voltear unos segundos. Es guapo. Sus ojos son cálidos como chocolate líquido y tiene una sonrisa ligera que aparece de vez en cuando si se encuentra solo, y se vuelve enorme, brillante y hermosa cuando HyukJae lo hace reventar en carcajadas. Es amable, alegre y un poco tímido al principio. Un brillante estudiante de fotografía, rompecorazones nato y distraído.


A los ojos de HyukJae, DongHae es como un pequeño niño; algo ingenuo, inquieto, con la travesura pintada en la esquina de los ojos y una honestidad apabullante que burbujean bajo la apariencia de un chico serio.

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