Tu depresión ridícula

22 0 0
                                    

Tu pena no vale la pena,
tu cognición errónea
causa confusión.
Mi valor es inmenso
ante tu cobardía,
de lejos se ve la tontería
de tu hipocondría.
Respeto al cuerpo,
tampoco me burlo
de tus cicatrices.

Empático experimental,
soberbio
mago curandero del pueblo.
Jamás te induciría
a extremos perjudiciales.
Tendrás que aprender
a crear privilegios
de tu ruina personal.

Brazos dañados,
con cortes poco profundos,
brazos
que no cargan peso,
lágrimas
de quien desconoce el amor.
Tengo al ego
usando una soga
como collar;
haciendo parodias
sobre problemas exagerados.

Veo chicas desnudas y tristes;
desfilan
sobre vidrio roto,
obligadas por contrato.
Personalidades
que van de taciturnas
pero que ni saben percibir
las sensaciones que abundan
en su cómodo entorno
relleno de gentileza.
No me hables
de dramas agrandados
que suprimen
mi cortesía.
Depresión ridícula,
poseedora de
cien soluciones simples,
¡Mejor seca tus lágrimas
y sigue pedaleando!

Voy a mi aire,
sin necesidad de
usar las luces de vengala,
recorriendo laberintos,
persuadiendo al minotauro.
Migro al reino de los invisibles
con paz mental,
sin preouparme
por penas ajenas
que no valen la pena,
monigotes
que tarde o temprano
lucirán una
impecable sonrisa.

Migrando al reino de los invisibles | Poemario Donde viven las historias. Descúbrelo ahora