Migrando al reino de los invisibles

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La muerte llama al teléfono
sin emoción,
se rompen los espejos del ropero;
los cristales desaparecen
antes de tocar el suelo.
Estoy migrando por partes
al reino de los invisibles,
haciéndome añicos,
desintegrándome lentamente.

Jamás pude alcanzar tu mano,
tengo
los hombros hechos cenizas
y las piernas clamando descanso. Camino rápido,
me despido nervioso;
a sabiendas
que ellos se burlan del débil
cuando se ausenta.

Nadie me compadece
y mejor así,
no importa
que me encuentres cabizbajo
con la cara derretida.
Abandono la mochila
en el camino,
paso de comedias y clichés,
me siento polvo,
cada vez más cerca de mi destino.

Tu desinterés
me convierte
en un recuerdo muerto,
escenario vacío
donde sobra el viento.
Pertenezco a la penumbra,
refugiado en la soledad,
en busca del hedonismo.
Sin necesidad
de rogar por sentimientos
que empiezan cálidos
y terminan ásperos.

Me he encontrado
con personas valiosas
y misteriosas
por este largo camino,
ya todas dejaron de escuchar música
y viven en sigilo.
Finalmente
se da mi anhelada llegada
al Reino de los Invisibles.
Desaparezco definitivamente
para conocer
la eterna felicidad.

Migrando al reino de los invisibles | Poemario Donde viven las historias. Descúbrelo ahora