Plenitud {Camren}

Capítulo 23

Camila guardó los libros en su mochila luego de haberla sacado del casillero. Por fin había terminado el día, estaba cansada y quería ir a su casa lo antes posible, además estaba ansiosa por comenzar a preparar comida y postres para la cena que harían el día siguiente por el cumpleaños de su padre.

—Hola bonita.—Escuchó aquella voz detrás suyo y sonrió al instante mientras cerraba la puerta del casillero.

Unas manos se posaron en su cintura y lentamente se movieron a su vientre que aquel día estaba un poco expuesto por la remera de mangas largas que llevaba.

—Hola.—Se rió tirando su cabeza hacia atrás cuando Lauren la acercó más a su cuerpo.—¿Dónde estabas? Te estuve buscando todo el día.—Se dio la vuelta y le dio un beso en la mejilla, cerca de sus labios.

—Estaba en clases.—Pasó la lengua por sus labios y sacó las manos  del cuerpo de Camila aunque no quisiera, pero estaban en el colegio y había algunas personas por los pasillos.—Y en el receso me fui a la biblioteca porque tenía que terminar un trabajo de historia así que no quería perder tiempo. Y recién veo tus mensajes.

—Pero me hubieses buscado para ir juntas y te ayudaba.—Lauren se encogió de hombros.—Te vi entrar a la cafetería con las chicas y no quise molestarte.—Camila tomó su mano.

Lauren estaba tan tranquila últimamente, se le notaba en la mirada, en la forma de estar y de hablar. Ella estaba bien y eso la ponía feliz.

—¿Qué vas a hacer ahora?—Preguntó jugando con los dedos de la mano de Camila mientras la miraba.

—Nada. Tengo que ir a casa para ayudar a mi mamá a hacer algunas cosas para la cena de mañana. Es el cumpleaños de papá.—Le contó.

—Ah, bueno.—Dijo un poco decepcionada.

—¿Tú?—Preguntó tirando un poco de la mano de Lauren para que se acercara a ella sin importar que hubiese estudiantes dando vueltas y que probablemente tuvieran algunas miradas sobre ellas.

—Había pensado en ir contigo a alguna parte o ir a mi casa y pasarme lo que resta de la tarde abrazada a ti mientras me das cariño, pero no puedes así que voy al gimnasio.—Se encogió de hombros.

Camila sentía que se moría cuando Lauren decía esas cosas. Era tan hermosa cuando se mostraba un poco tímida y avergonzada al decir lo que sentía o quería. No podía evitar querer abrazarla y darle muchos besos, lo hacía todo el tiempo y cuando podía, pero en aquel momento estaba como tonta sonriendo mientras la observaba.

—Aww. Lauren.—Dijo sonriendo. La oji verde estaba sonrojada y sonrió apenas dando un paso hacia adelante y escondió el rostro contra el pelo de Camila mientras la abrazaba por la cintura.—Ven a casa conmigo. ¿Quieres?

—¿A tu casa?—Solo había ido un par de veces para hacer trabajos y hace bastante no iba, no había hablado mucho con su familia y aquella vez no iría por cosas del colegio, iría a estar con la familia de Camila. Era complemente diferente.—Me da vergüenza ahora.—Admitió bajando la mirada. No había dejado de abrazar a Camila.—Tú me dijiste que le contaste todo a tu mamá, ¿Cómo voy a verla a la cara sin sentirme mal?

—No, no pienses eso.—Camila levantó su barbilla y le dio un beso en los labios aún sin importarle que no estaban solas.—A mi mamá le agradas mucho. Ella nos apoya, te lo dije, ¿recuerdas? Además va a estar feliz de que vayas.

—¿Y si ya no le caigo bien?—La miró a los ojos y Camila volvió a sentir ese  famoso cosquilleo cuando vio preocupación en la mirada de Lauren.—¿Y si tu papá me quiere matar o algo? Seguro que tu mamá le contó algo y...