16 de enero, 9:45 pm
No fue la semana perfecta que imaginó Brandon. Tenía la ingenua idea de que al estar cerca podría relacionarse más con Itzel, comenzando con algo básico como una simple amistad. A pesar de que aún no tenía definidas sus intenciones. Sin embargo, le quedó muy en claro que ella no estaba interesada en nada que tuviera relación con él. Podía entenderlo, pero aún así dolía ser rechazado por ella.
Ese día, su ausencia no pasó desapercibida por él. No quería creer que había dimitido de su puesto por su culpa, pero si lo hubiera hecho, ya hubiera recibido una notificación al respecto. Lo más probable era que se había tomado el día libre. Así que una vez terminó con su jornada laboral, regresó al nuevo apartamento donde se había mudado para cambiarse de ropa y hacer unas compras para su despensa. Prefería cocinar su propia comida para evitar gastos excesivos en los restaurantes, además que de ese modo podía controlar su alimentación. Solo por esa vez, compró su cena ya lista para no tener que preocuparse mientras veía alguna película. Pero no pudo disfrutarla porque la luz decidió cortarse en el edificio apenas comenzando y no tardaría en regresar después de unas horas, o hasta al día siguiente.
No era lo suficiente tarde como para ir a dormir, tampoco tenía sueño, así que volvió a salir. Esa vez solo caminar por los alrededores, tal vez ir por otras rutas o simplemente ir hacia una cafetería a pasar el tiempo hasta que le enviaran un mensaje para decirle que habían restaurado la electricidad. Había sido un día inusual, así que quería probar si llegaban otras sorpresas del universo antes de llegar a la medianoche.
Miró un par de restaurantes de distintos países, pero un bar captó su atención. Era un local muy llamativo para entrar, pedir algo y tomar una foto para el recuerdo aunque el sabor no fuera el mejor. Él se sintió tentado, ya estaba con un pie dentro, pero no tenía ganas de beber y había demasiada gente. En ese momento que estaba pensando si seguir caminando o quedarse, vio una a una persona conocida sentada en la barra con algunas copas vacías. No vio su rostro, pero sabía que era ella. Era una imagen poco sencilla de procesar, incluso irreal, porque nunca se la había imaginado en ese tipo de escena. Era una sencilla prueba que le confirmaba que ya no era la misma chica que conocía.
Al verla de más cerca, dudó más, porque era probable que estuviera acompañada por su supuesto novio que todavía no conocía. No quería causar problemas ni malentendidos, pero se dio cuenta de que estaba sola. Un desconocido se sentó en el asiento vacío a su lado con claras intenciones de hacer un movimiento y ella no dijo nada por estar concentrada en su bebida. Él no iba a tolerar que un extraño intentara siquiera tocar un mechón de su cabello. Tenía que alejarlo de alguna forma, pero al final terminó llevándola fuera del local.
—¿Por qué estoy aquí? —preguntó Itzel cruzando los brazos. Era notorio que no estaba completamente sobria, pero aún podía caminar y hablar con cierta normalidad—. La estaba pasando bien adentro, no te pedí que me sacaras del lugar.
—No es seguro que tomes de ese modo estando sola ¿Tu novio va a recogerte? ¿Cameron, cierto?
—No soy una niña, puedo cuidarme por mí misma. —Habían ciertos hábitos que seguían sin cambiar—. No necesito estar todo el tiempo con mi novio, también puedo divertirme sola.
—No parecía que lo estuvieras —indicó él, causando que Itzel chasqueé los dientes.
—¿Ahora analizas el comportamiento de las personas?
—Entonces, ¿quieres que te acompañe a tu casa o llamarás a alguien para que te recoja?... No creo que te gusté amanecer de nuevo con resaca.
—Mientras me haga olvidar, no me disgusta del todo. —Brandon fijó la mirada hacia Itzel.
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¿Fue parte del destino?
Teen FictionDicen que del odio al amor hay un paso ¿será eso cierto? La historia de dos chicos que viven experiencias y emociones en el transcurso de los años, y de los que nunca se esperaron. Ambos metidos en sus propios mundos y por su lado hasta que de algún...