12 de abril
"Parece que aún tienes suerte - J."
A pesar de que ya habían pasado tres días, el mensaje todavía seguía presente en sus pensamientos; porque no sabía cómo sentirse al respecto ¿Feliz? ¿Confiado? Aunque le escribieran todo lo que deseaba, de qué servía cuando no había vuelto a saber nada de ella. Lo poco que había escuchado de Itzel fue gracias a su hermano. Sus llamadas iban directo al buzón de voz y sabía que iba a ser una pérdida enviarle más mensajes. Lo único que le quedaba era esperar a que las casualidades los volvieran a reunir. No debía ser tan complicado mientras ambos estuvieran en la misma ciudad.
—¿En qué momento vas a dejar de mirar la pantalla de tu celular con esa tonta sonrisa? —La voz de Sabina le hizo recordar que había salido con ella después del trabajo—. No me digas que se trata de tu ex novia.
—¿Por qué piensas eso?
—¿Intuición femenina? Esa chica te hace perder la razón... Espero que no hayas escogido el camino de la soledad por ella todo este tiempo.
—Por supuesto que no. Salí con un par de chicas, pero ninguna llegó a ser algo serio ni duró tanto. —Brandon dio un sorbo de su trago.
—No deberías perder el tiempo mientras todavía eres joven y guapo, las chicas morirían por ti ¿Dónde está ese Brandon? Sería bueno que salieras con alguien, nada serio. —Entonces, Sabina levantó su copa con una sospechosa sonrisa hacia él—. No me molestaría ofrecerme.
—¿Estás ebria? —dijo entre risas, aunque la expresión de ella se volvió seria. No podía estar hablando en serio, seguro era alguna de sus bromas; pero mantuvo el mismo gesto.
—Hablo en serio ¿Acaso te desagrada la idea?
—Es extraño. Siempre has sido como una hermana mayor... —contestó él con calma. Aunque no evitó pensar que su respuesta hubiera sido distinta si el antiguo Brandon estuviera ahí.
—¿No has escuchado lo que dije? No quiero nada serio, por mientras. —Empezó a reír en voz baja—. Solo es para que dejes de pensar en tu ex novia y ambos nos divertimos un poco... no es nada del otro mundo. Tampoco es que sea una extraña.
—¿Desde hace cuánto tiempo estás pensando en eso?
—Tengo una debilidad por los chicos lindos, pero no creo que te interese esa respuesta... solo aprovechó una oportunidad. —De repente, Sabina se acercó más hacia él para acariciar su mejilla—. ¿Acaso no encajo perfectamente en tu ideal?
—Aunque te parezcas a Tara, no estoy interesado en salir con una segunda versión. —Su respuesta la hizo retroceder, así que aprovechó para ponerse de pie—. Me gusta lo que tenemos ahora, es suficiente.
—Igual mantendré mi propuesta en pie, por si cambias de parecer.
Era tiempo de dejar el bar para pensar en las palabras de Sabina. Si bien no tenía intenciones de aceptar la propuesta, era inevitable dejarlo pasar como si fuera un tema insignificante. Desconocía los motivos de Sabina para hacer ese tipo de propuestas después de tanto tiempo de no verse, en especial, porque era el ex novio de su prima ¿Acaso no existían códigos entre familiares? Dudaba que Tara fuera parte del grupo que los cumpliera, pero Sabina era diferente a ella. Un poco más centrada y lógica, pensaba antes de actuar. Era algo que admiraba de ella cuando eran niños. No recordaba tener algún otro sentimiento profundo por ella que no fuera superficial, ya que de todos modo era un chico que tenía mucho interés por el sexo opuesto.
Cuando se alejaba del local, alguien gritó su nombre. No pudo identificar la voz a causa del ruido de la calle y el tráfico, pero supo quien era apenas giró a buscar a la persona que lo había llamado. Aún en la noche, era sencillo reconocer el cabello pelirrojo de los Stingler. Mark parecía haber estado tomando por su cuenta y le preguntó si quería seguir tomando un poco más, mostrándole la bolsa que tenía en su mano con varias latas de cerveza. Se preguntó si tenía que preocuparse por el motivo de tanto alcohol, pero Mark parecía verse completamente bien. Así que terminó aceptando.
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¿Fue parte del destino?
Teen FictionDicen que del odio al amor hay un paso ¿será eso cierto? La historia de dos chicos que viven experiencias y emociones en el transcurso de los años, y de los que nunca se esperaron. Ambos metidos en sus propios mundos y por su lado hasta que de algún...