Palabras afiladas

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Esa misma noche

¿Por qué tenía que terminar de ese modo? Todo había estado yendo de maravilla a lo largo del día, demasiado perfecto como para que todo terminé arruinado en tan pocos segundos. Quería reírse de cómo el mundo parecía conspirar en su contra, pero a pesar de sentirse herido, había una parte de él que estaba contento. Nadie le iba a quitar de su memoria aquel beso, ni siquiera la pelirroja. Sería suyo, aún si se había vuelto agridulce.

Cuando la vio acercarse hacia Cameron, pudo sentir la tensión del ambiente con solo mirar las expresiones de todos los presentes cuando se dio cuenta que también estaba igual de empapado como su novia. Tenía motivos para fulminarlo con la mirada, representaba (Y era) una amenaza para él, pero no tenía los ánimos de enfrentarlo. Entró directo a la casa para cambiarse de ropa y pensar en qué hacer para mantener su mente distraída. Sin embargo, el universo volvió a jugar en su contra. No tenía una gran vista desde la ventana de su habitación, lo único que podía ver desde ahí era el estacionamiento que en ese momento estaba siendo utilizado por Itzel y Cameron para conversar. Si bien no podía ver a la pelirroja por estar de espaldas hacia él, podía ver con claridad la expresión poco amigable de Cameron. Debían estar discutiendo por él, pero eso no lo hacía sentir mejor.

De pronto, Mark entró a la habitación para mirar por la ventana. Sus ojos se fijaron en Cameron, y pudo jurar que por un momento parecía que estaba decidido a cometer un asesinato si lo veía cometer un simple desliz. Probablemente era el efecto de la luz que le daba una expresión tétrica, pero estaba seguro de que nadie estaba muy contento con su repentina llegada.

—Se suponía que iba a quedarse trabajando en su linda oficina todo el fin de semana —dijo Mark entre dientes—. Pero como Mack no le contestó sus llamadas por haber dejado su celular en su maleta, llamó directamente a mi padre para saludarlo...pero Lauren fue quien le contestó y le contó lo bien que la estábamos pasando contigo. No pensé que sería necesario mencionarle que tu compañía era un secreto.

—¿Lauren no está enterada de la situación?

—Bueno, ella cree que todos podemos llevarnos bien juntos. —En eso, giró a mirarlo—. ¿Pasó algo entre los dos mientras estaban afuera?

Vaciló ante la pregunta. A pesar de que Mark había sido muy claro en mostrar que estaba de su lado, no creía que sería buena idea contarle lo sucedido. No era el momento adecuado, además, necesitaba hablar con alguien antes de decir algo al respecto.

—Solo estábamos disfrutando de la lluvia —contestó y se alejó de la ventana—. Ya iré a descansar.

Pensó que Mark haría lo mismo, ya que ambos estaban en la misma habitación y era pasada la medianoche; pero salió de la habitación entre murmullos molestos.

Esperaba tener suerte la mañana siguiente, pero apenas pudo estar cerca de la pelirroja. No estuvo presente en el desayuno, lo que generó cierta tensión con Cameron sentado en la misma mesa. Quizá no quería verlo desde tan temprano, pero Jane les comentó que no había podido dormir bien toda la noche. Podía ser una excusa, pero llegada la hora del almuerzo pudo comprobar que era verdad. Se podía notar en su rostro que apenas había descansado. Sin embargo, tampoco pudo acercarse a ella. Iba a sonar ridículo, pero permaneció al lado de Mark y Jane como su manera de mantenerse a salvo de las miradas asesinas de Cameron. Claro, que Mark tampoco estaba de muy buen humor. Los vio discutiendo después del almuerzo, aunque no entendía las razones. No estaba seguro si se trataba de Cameron o estaba ocurriendo algo más, y Jane no parecía estar dispuesta a decir lo que sabía.

—¿Sucede algo? —le preguntó cuando quedaron solos—. Todo el día has estado un poco sensible.

—Se suponía que iba a ser un viaje tranquilo, pero mi hermana. No estoy diciendo que ella está arruinando el viaje, es solo que... surgieron algunos problemas.

¿Fue parte del destino?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora