Encuentros inoportunos I

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11 de mayo

El día comenzó con una llamada de su padre para verificar que todos estaban bien en casa, que aún se toleraban. Mackenzie seguía soñolienta, así que se limitó a contestar con monosílabos cuando su hermano le acercó el celular a su oído. No había noticias interesantes por el lado de su padre, así que la llamada terminó pronto. Lo único destacable era que había conseguido un nuevo trabajo, por lo que saldrían a almorzar afuera a modo de celebración. Y eso también incluiría a Cameron.

Jane y su novio irían directo al restaurante desde sus respectivos trabajos, así que los hermanos no tendrían que esperarlos en casa. Aprovecharon para salir a caminar y pasar un tiempo de calidad entre los dos antes del almuerzo. Era casi su mejor amigo, pero aún no le contaba sobre el beso con Brandon y tampoco tenía intenciones de hacerlo. No iba a arruinar la amistad que ellos tenían por sus propios conflictos.

Todavía faltaban quince minutos para la hora de su reserva, pero los dos hermanos se quedaron esperando afuera del restaurante. Jane les había avisado que estaba en camino y Cameron debía estar haciendo lo mismo, o al menos, eso esperaba la pelirroja. Iban a revisar la carta, pero fueron interrumpidos cuando apenas miraban la primera página.

La voz familiar de Brandon los tomó por sorpresa a ambos. Tenía sentido que estuviera buscando un lugar donde almorzar en su descanso, pero el detalle era que no estaba solo. Sabina lo acompañaba en ese momento. Ella los saludó con una encantadora sonrisa mientras rodeaba el brazo de Brandon como si tratara de marcar territorio. Le parecía gracioso lo similar que podía ser con Tara, después de todo eran familia.

—Qué casualidad ¿También piensan almorzar aquí? —habló Mark—. Podríamos...

—Déjalos tranquilos —le interrumpió antes de que dijera en voz alta su plan. No era necesario agregar más personas a la celebración—. Deben estar en medio de una cita, no podemos entrometernos.

—Así que esa es la famosa novia de la que oí. Lo tenías bien guardado.

—Solo se debieron a las circunstancias —dijo Brandon lanzando una pequeña mirada hacia la pelirroja.

—Se puede decir que fue el destino —intervino Sabina con claras intenciones—. Nos encontramos después de años en el lugar menos inesperado...Era una clara señal de que él tenía que estar a mi lado.

Brandon se mostró un poco incómodo por las palabras de su compañera, pero no le llegó a decir nada. Se limitó a presentarla a Mark para cambiar el rumbo de la conversación y quizá apresurarse para despedirse ante la incómoda situación. Por suerte, Jane apareció justo a tiempo para salvar la situación. O eso esperaba hasta que vio a Cameron llegar detrás de ella. Era momento de darle fin al encuentro.

—Deberíamos ir entrando, ya es casi la hora —se apresuró a decir Mackenzie, pero ninguno se movió.

—¿Van a celebrar algo importante? —preguntó Brandon.

—Sí —contestó Cameron, poniéndose al lado de la pelirroja para rodearla con su brazo—. Mackenzie consiguió un nuevo trabajo libre de personas indeseables...así que decidimos darnos un tiempo para reunirnos. Después de todo, somos las personas más importantes para ella.

Fue el turno de Mackenzie para quedarse sin palabras ante lo que acababa de decir su novio. No iba a salir nada bueno si seguían en modo pasivo-agresivo, así que ella misma se encargó de dar por concluida la conversación. Se suponía que iba a ser un almuerzo divertido y tranquilo, pero en esos momentos quería desaparecer. Al menos, Brandon no hizo más preguntas y procedió a despedirse, sin antes felicitarla por su nuevo trabajo. Sabina solo se quedó observando con una expresión de diversión dibujada en su rostro al sentirse una completa ganadora por estar al lado de Brandon. Lo que era increíble, porque por un corto tiempo creyó que podía acercarse a ella como una amiga.

¿Fue parte del destino?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora