Together We're Invincible.

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Durante la lucha ellos nos derribarán, pero por favor, por favor utilicemos esta oportunidad para cambiar las cosas❞.

Esa tarde era un poco diferente a todas las acostumbradas. Había comenzado a llover, lo que ponía la situación un poco más triste.

Joshua sabía la paliza que le esperaba al salir del instituto, o que con suerte se llevaría una simple persecución. Y aunque eso no era lo que afligía pues ya estaba más que avezado a lo de todos los días, no quería ser golpeado y además mojado por la jodida lluvia.

Al llegar a la salida del edificio, suspiró resignado y abrió su paraguas antes de vitorear a ambos lados para asegurarse que los estúpidos de sus compañeros no le estuviesen esperando. Frunció el ceño al encontrar todo extrañamente fuera de peligro, aunque por otro lado no debía confiarse pues, muchas veces ya le habían aplicado ese tipo de trampas.

Con algo de inseguridad caminó hasta las afueras del instituto, miró a todos lados y ellos seguían sin manifestarse, a esas alturas ya habrían aparecido; probablemente hoy estaba de suerte...

Sin perder más el tiempo emprendió camino a paso rápido, esta vez sin mirar atrás o a los lados, no sabía cuánto tiempo tendría pues a pesar de las raras circunstancias la paranoia siempre se apoderaba de él en aquellos casos.

El viento aulló atemorizante y frío, colándose por la ropa y haciéndole estremecer. Su paraguas empezó a sacudirse de un lado a otro amenazando con voltearse, llevó su mano izquierda a la tela de éste para sostenerlo con fuerza y evitar que se levantara.

De pronto sintió una mano empujarlo con rudeza, se paralizó al creer que lo habían encontrado después de todo. Y así había sido, -: ¡Eh! ¡Josh! ¿Por qué te vas sin esperarnos?- habló la cabecilla del grupo. Joshua siguió volteado, ignorándolos.

-Parece que no escucha-. dijo nuevamente el individuo, esta vez dirigiéndose a sus amigos. -Te estoy hablando-. comenzó a caminar hacia él, y a Joshua no le quedó de otra, prefería correr y mojarse a lo que seguramente le esperaba si se quedaba allí sin hacer nada.

Cerró con velocidad (que no supo de dónde había sacado) el paraguas y sin dudarlo un poco, le soltó un golpe con éste al cabecilla, dejo caer el objeto y entonces corrió sin detenerse para ver atrás porque él sabía que tan pronto como el estúpido se recuperara lo empezarían a perseguir.

Siguió corriendo, cruzando avenidas sin fijarse siquiera, golpeando a las personas que se cruzaban en su camino; pero como a cualquier otro joven el dolor en su tórax cada vez iba incrementando, producto de ir corriendo con la boca abierta, su velocidad disminuyó y en un intento por girar su cabeza para ver a sus espaldas, chocó de lleno con alguien.

La persona frente a él no alcanzó a sostenerlo y Joshua se dio de bruces contra el suelo debido al rebote con el otro cuerpo. Con un gimoteo de dolor, levantó el rostro del charco de agua al que había caído, dándose así cuenta de que los bravucones de sus compañeros no le perdieron el rastro en ningún momento y que además estaban a punto de alcanzarlo.

Con la desesperación abrumando su cuerpo, quiso levantarse del asfalto resbaladizo pero entonces una mano en su espalda y una voz a su lado le hizo calmarse un poco y girar su rostro a la derecha, encontrándose con el sujeto con quien hace unos momentos acababa de tropezar.

Lo había olvidado...

-Está bien, yo te ayudo.

Dejándose llevar por aquellos castaños ojos, aceptó la ayuda del chico a su lado, tomando la mano que se le ofrecía para poderse levantar con más facilidad; el tipo era realmente atractivo, y alto, demasiado alto. Su cabello negro peinado hacia un lado le daba un aire serio y formal, pero a pesar de eso, sus ojos chispeantes llenos de preocupación, le decían otra cosa. Miró el uniforme de camarero que llevaba, perteneciente a la Chocolatería tras ellos y por último el gafete prendido al chaleco del mismo.

-Gracias-. logró pronunciar finalmente.

-No es nada. ¿Estás bien?

Joshua a punto de contestar, fue interrumpido por la pandilla que le maltrataba en el instituto, pues finalmente lo habían alcanzado. Bajando la velocidad de apoco y recuperando el aire, se acercaron hasta él, -: ¿Es tu nuevo novio Joshua?- se burló uno de los bravucones que venía persiguiéndolo.
Joshua con torpeza soltó la mano del chico que lo había ayudado a levantarse.

-¿Pueden dejarme ya?- preguntó él con aflicción, llamando la atención del más alto de allí y haciendo reír a sus bulleadores.

El que era cabecilla del grupo dejó de reírse de repente y miró a Joshua con desprecio, comenzando a acercarse hacia él mientras hacía un sonido con "s" y se acariciaba el mentón, -: Ese golpe me dolió, y no me parece justo irme sin antes hacerte sentir lo mismo.

Joshua por inercia dio un paso hacia atrás, sintiendo ya el primer golpe que se avecinaba. El gesto de pesar en su rostro se intensificó más cuando vio el puño de su agresor acercarse a su estomago, cerró los ojos resignado al dolor, pero después de cinco segundos en los que el puñetazo nunca llegó, abrió los ojos, encontrándose con el brazo del cabecilla detenido en el aire, siendo apresado de la muñeca con la mano del camarero.

Observó aturdido la escena frente a él. Los nudillos de su agresor comenzaron a tornarse blancos, al haber sido detenido de esa forma a su acción de golpearlo.
Tal parecía que ese tipo de verdad tenía una enferma obsesión con maltratarlo puesto que ahora sus ojos chisporroteaban ira hacia el chico alto.

-Tú-. bramó el agresor hacia el camarero. -Deja de entrometerte en lo que no te importa.

Alarmado, Joshua miró al chico; él de verdad no quería que éste se involucrará, ya no deseaba más problemas.
Sin embargo el rostro del empleado no se mostraba agobiado o algo por el estilo, aunque sí un poco indignado.

El chico alto hizo una seña hacia en frente con la cabeza y todos se giraron a esa dirección.
Dos policías de tránsito se encontraban no muy lejos de allí, lo que hizo que el agresor distendiera su puño y entonces el camarero también soltó su agarré de el antebrazo del otro.

Los acosadores de Joshua estaban a la espera de lo que su líder mandara, pero cuando estos le vieron sacudir su ropa para después acomodarla con cabreo, supusieron que las cosas quedarían así por hoy...

Les hizo un gesto para que se movieran, no sin antes advertir a Joshua -: Esto no ha terminado aun Hong-. escupió para finalmente marcharse con los otros.

El labio inferior de Joshua tembló cuando escuchó su apellido salir de esa persona tan desagradable. Eso sólo le pasó una vez, y recordar las cosas que le habían sucedido después de aquello, simplemente hizo que se le revolviera de manera repulsiva el estómago.

-Me habría gustado responder a sus amenazas pero, podría meterme en problemas-. habló el camarero con una mueca de inconformidad. -¿Joshua?- dijo su nombre para llamar la atención y el chico asintió, aun viendo al frente por donde se habían ido sus agresores. -Bueno... Soy-

-Mingyu-. completó Joshua mirando su gafete y posteriormente a él.

El chico comprendió y asintió levemente, sonriendo por lo bajo -: Y entonces, ¿estás bien?

Los ojos de Joshua se llenaron de lágrimas y luego negó con amargura en respuesta, -: No, no lo estoy.

El corazón del más alto se encogió al mirar aquella escena. Acababa de conocer al chico pero sin duda verlo de esa forma tan vulnerable, había movido algo dentro de él.
Con parsimonia, buscó la mano de Joshua con su izquierda. Él chico se sobresaltó un poco y detuvo sus gimoteos. Observó la mano de Mingyu tomando la suya y luego sus ojos.

Verlos y perderse en ellos se sentía tan cálido, como estar en un lugar acogedor, en un sitio seguro donde nada ni nadie podía dañarle. Y fue así como cedió a que el moreno jalara de su mano, llevándolo con él hacia dentro del local.

🍫

¿Por qué sigo escribiendo cosas sin terminar otras?

no c

Invincible ✾ MinShuaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora