Capítulo 11

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 - ¡¿Su hermana?!
Asentí ante las palabras de mi amiga, no quería ni ver su rostro, su tono de voz me lo decía todo; estaba sorprendida.
- ¿Y no se parecen ni un poco? Digo, a ver si no se te podía ocurrir la opción de que eran hermanos.
- No lo sé. No lo pensé.
- Bueno, no te culpo, pero...
- ¿Pero?
- Tampoco culpo a Len pero...
- ¿PERO?
- Creo que te pasaste un poco amiga.
- ¿Pasarme?
Arqueé una ceja, esto no era mi culpa, bueno sí, pero no era como para que mi amiga me lo restregara en la cara; ya yo lo había hecho lo suficiente.
- Me refiero a que deberías disculparte con él.
- Ni en sueños.
- ¡Dios! ¿Por qué no? Si quieres repararlo todo solo tienes que disculparte.
- Si las disculpas lo repararan todo, la gente no terminaría en el infierno.
- Pero existe el arrepentimiento.
- De nada me sirve si él no lo sabe.
- Debes decírselo.
- No hay forma, no querrá verme, no querrá hablarme ¿cómo voy a hacérselo saber?
- De formas a formas hay formas...
- Wen, amiga, la vida no es tan fácil.
- ¡Claro que no! Pero solo tienes que encontrar la forma de disculparte.
- Le llevaré serenata.
- Pues si tienes dinero para eso...
- Nunca arreglaré las cosas...
Hundí mi rostro entre mis manos y solté un suspiro. Sentí como la mano de Wendy se colocaba en mi hombro y acariciaba levemente.
- No seas pesimista, puedo acompañarte a hablar con él...
- No es cuestión de si estás ahí o no, es cuestión de que él no querrá escucharme...Claro, yo tampoco me escucharía.
- Solo tienes que verlo de esta forma, si a él realmente le interesas, debe sentirse con ganas de hablar contigo... Si solo quería un beso, lo sabrás porque te rechazará cuando lo veas.
- No quiero afrontar su rechazo.
- Debes hacerlo, o sino, tú seguirás pensando en él y él seguirá su vida.
Y como si algo hiciese 'click' en mi cabeza pude entender a lo que se refería mi amiga, no tenía caso si me seguía torturando con todo esto, podía pasármela toda una vida en lo mismo, si realmente quería algo con ese chico tenía que ir por él y si no funcionaba, su rechazo me ayudaría a olvidarlo, pero no estaría dando vueltas en el mismo circulo.

***

La hora de salida había llegado y no tenía nada más en mente que ir a la pizzería y eso hice, ahora estaba una vez más, como tantas veces desde hace ya un tiempo, en frente de este lugar y todas las cosas que habían pasado se repetían como un cuadro, intacto, pulcro y extremadamente vivaz.
Ya no había vuelta atrás.
¿Dignidad? ¿Qué es eso? Creo que quedó pasos atrás, antes de que entrara a la pizzería, pero ahora esa cosa llamada "dignidad" no existía, o quizás sí, pero no ahora, ahora dejaría que mi ser se humillara ante mis sentimientos, ahora iba a literalmente, dejarme atrapar por alguien, iba a ser sincera y eso... Eso sería un arma de doble filo.
Mis manos temblaban pero no me sería impedimento para nada. Me acerqué a la señora, ni siquiera busqué al chico con la mirada, solo caminé directo a la señora, la saludé y le entré un papel envuelto diciéndole que se lo entregara al chico. Después de eso mis pies hicieron todo, caminaron hacia la salida lo más rápido que pudieron y en un abrir y cerrar de ojos ya estaba a dos casa de mi casa, sentía que esto además de ser decisivo, iba a marcar todo en mi vida amorosa, un antes y un después, y me molestaba terriblemente darle una decisión tan importante a un chico, pero es que era él y me tenía así de mal.
Entré a casa, saludé a mamá y me fui directo a mi cuarto para cambiarme.
- ¿Charlotte?
Me asomé hacía la cocina.
- ¿Dime?
- ¿Por qué llevas tanta prisa?
- Voy a salir...
- ¿A dónde?
- A verme con una amiga...
- ¿Wendy?
- Por favor, mamá, ella no es mi única amiga.
- Bueno. ¿Vas a comer?
- Si, aún tengo tiempo.
Terminé de ponerme otros zapatos y de medio acomodar mi melena roja para ir a la sala y sentarme a comer.
- ¿Qué harás con tu amiga?
- Tarea. Tenemos un trabajo de ciencias sociales y economía así que vamos a organizarlo.
- ¿Dónde vive ella?
- Por el parque.
- Ah, perfecto, vive cerca.
- Sí.
Continué comiendo hasta terminar, luego fui al baño, me cepillé y puse algo de brillo en mis labios.
¿Podrían las cosas salir bien?
Eso es algo que no sabría y sin importar cuanto me carcomieran los nervios, debía ir, debía afrontarlo.
- Mamá, me llevaré mi celular.
- Vale, pero no regreses tan tarde.
- Claro, si algo me llamas.
Salí cargando una mini mochila, si no llevaba algo mi madre sospecharía de que le mentía, tantas preguntas que ella hacía eran por un fin y si no hacía que esto se viese convincente, no iba a ser convincente.
Llegué al parque, después de todo no le mentía por completo a mi madre, solo le "omitía" información. Me senté una banca y revise mi celular: 7:40.
Esperé pacientemente, después de todo le había dejado una nota muy clara con la señora.

"Te espero hoy en el parque 'Musical' a las 8 en punto, si realmente quieres hablar de esto, aquí estaré, pero si por el contrario, ya no te importo, y esto no significó nada para ti, entonces no tienes que llegar.

Att: Charlottie."


Pero a medida que los minutos pasaban una constante angustia crecía en mi interior.

"¿Será que realmente no quiere nada conmigo?"
"¿Nunca signifiqué nada para él?"
"¿Todo fue un juego?"

Una y otra y otra vez aquellas preguntas se repetían en mi cabeza, y como si de mi mala suerte se tratase; empezó a llover. Una lluvia muy repentina y fuerte. No había nada que hacer, solo regresar a casa, incluso podía llorar porque nadie lo notaría, mis lágrimas se mesclarían con las frías gotas de agua que caían.
Mordí mi labio inferior y en un gran esfuerzo me puse de pie, y en otro gran esfuerzo di un paso, luego otro, y otro y ¿otro? No, ya mis pies no daban para eso. Me estaba doliendo mi pecho y la culpa era mía y yo más que nadie lo sabía. Levanté la mirada y pude observar como el parque había quedado casi como un desierto, todos iban tan de prisa que fue cuestión de segundos para que quedara solo. Tenía que ir a casa, pero no quería, no quería arrastrarme nuevamente rota hacia mi morada, últimamente siempre era igual, últimamente siempre dolía.
Volví a retomar mi andar pero una gran mano me detuvo del brazo.
"¡Mierda!
Estoy jodida.
Además de rechazada... Ahora violada."
No quiero saber si me puede ir peor, pero no iba a dejar que mi vida se siguiese cayendo a mis pies. Con un gran nudo en el estómago debido al pánico y con la poca fuerza que quedaba en mí, eché mi cuerpo hacia delante dispuesta a correr, pero unas fuertes manos me atrajeron hacia atrás haciéndome chocar con un pecho.
- ¿A dónde piensas huir, pelirroja?
Se me cortó la respiración.


Mientras llueve.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora