Capitulo veintidós: 'Yo no debo...'

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-La, la, la... -Tarareaba cierta castaña mientras vaciaba el cereal en su tazón, y se sentaba con mucho entusiasmo en la silla lista para desayunar.

-Últimamente te ves muy feliz, Emily. –Le habló su padre dejando a un lado el periódico para clavar sus ojos azules en los de ella.

-¿Eh? –Preguntó la castaña dejando de tararear y luego sonreír. – ¿Tú crees? –Le preguntó mientras revolvía su cereal con la leche sonriendo dulcemente.

-No creo, lo veo. –Le respondió Frank colocando la mano bajo su barbilla. –Y estoy feliz de verte así, sin embargo...Hay algo que me preocupa.

-¿Qué cosa? –le preguntó ella metiéndose una cucharada gigante de cereal en la boca mientras masticaba despreocupadamente.

-He notado... -Comenzó su padre asentando los codos en la mesa sin quitar la mirada de ella. –Que te has vuelto muy cercana a este chico...Nicholas Agrés.

Emily comenzó a masticar lentamente y miró a su papá pero no dijo nada, cada vez que él usaba ese tono, no se podía esperar nada bueno. Ambos se miraron en silencio unos segundos, hasta que finalmente Frank volvió a hablar.

-Quiero que te alejes de él. –Sentenció.

-¿Por qué? –Preguntó con disgusto la castaña dejando la cuchara a un lado de la mesa. –Él no ha hecho nada malo, cumple con todas las tareas y trata de adaptarse a este nuevo ambiente.

-Emily...Tú no sabes muchas cosas. –Dijo Frank haciendo una mueca. –Es cierto, se esfuerza y no ha hecho nada malo... Pero tú no lo conoces.

-Claro que lo hago. –Afirmó la chica mirándolo fijamente. –Somos mejores amigos. –Bueno, él aún la alejaba un poco, pero de todas formas tenían ese trato ¿Cierto? Además ya llevaban dos meses desde que empezaron a hablar.

-Hija, te lo digo por tu bien. –Le aconsejó su padre. –Aléjate de él, es peligroso.

-¿Por qué? –le preguntó la castaña para nada convencida. – ¿Por qué dices que es peligroso?

Frank la miró y bajó el tono de su voz. –El...El simplemente ha pasado por muchas cosas, nunca podrás saber lo reformada o quizás retorcida que está su mente.

-¿Estás diciendo que está loco? –Preguntó Emily alzando una ceja.

-No digo eso, simplemente te digo que...-

-Papá, por favor. –Resopló la castaña para luego mirarlo como si se sintiera herida. – ¿Hasta cuándo vas a seguir con esto?

-¿De qué hablas? –Le preguntó confundido Frank.

-¿Hasta cuándo vas a seguir alejándome de todos? –Le preguntó a lo que él le contesto.

-Yo no te he alejado de nadie, hija. –Le respondió susurrando.

-¿Ah no? –Preguntó sarcástica la castaña. – ¿Entonces me explicas por favor porque no tengo ni un solo amigo?

-Si tienes amigos. –Le contestó Frank.

-Claro que no. –Le respondió con resentimiento la castaña. –La gente me odia, porque no paras de decirle a todos mis compañeros que soy la persona quien encontrará la llave.

-Es que tú eres quien la encontrará. –le aseguró Frank. –Eres mi hija...Mi hija perfecta.

-¡No soy perfecta! –Exclamó ella molesta poniéndose de pie sorprendiendo su padre. –No lo soy... -Bajó el tono de su voz y lo miró a los ojos. –Nunca lo he sido, y me gustaría que lo entendieras. Sé que todo lo que haces es porque me quieres, sé que deseas lo mejor para mí. Y agradezco que me tengas mucha confianza como para asegurar que seré yo quien encontrará la llave pero... -Empezó a notar que su voz se quebraba y tomó un respiro, a pesar de que ya tenía la vista empañada. –Pero quisiera que me quitaras esa carga.

LAS DOCE DIMENSIONES OCULTASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora