— ¿Qué sucede aquí? —dijo Deanna al llegar aquí, al igual que Rick y un poco más de gente.
Daryl me miró y luego a Alex con odio.
— Nada —dijo Daryl dándose vuelta.
Solté un suspiro sabía que estaba molesto.
— Daryl —lo llamé mientras iba detrás de él. Él no me hizo caso pero aún así lo seguí.
Dos cuadras más adelante me fastidió y lo tomé de un brazo.
— Detente —le dije— si es porque te golpeé con tu ballesta, pues lo lamento pero lo tenían merecido los dos —dije.
— No es eso —dijo frío— Es Alex, no fue mi culpa que Alina haya terminado allí también. Estaba solo hasta que apareció en medio del bosque, me estaba siguiendo —dijo.
— Bueno, no importa al final ninguno tiene la culpa, así que ahora mismo vas a olvidar todo lo que pasó allí y evitar armar otro show mañana —dije. Él soltó aire pero asintió con la cabeza. Sonreí de lado.
— Ven. Vamos a casa —dijo mientras me rodeaba con el brazo mientras caminábamos por la calle.
Varios minutos después llegamos a una casa pequeña, no donde me había dejado Rick, era otra diferente.
— ¿Y esto? —cuestioné.
— Es nuestra —me susurró en el oído. Le dediqué una mirada de dulzura.
Entramos a la casa y me di cuenta que teníamos lo necesario, una sala de estar, la cocina, un comedor, un baño y los cuartos que deben estar arriba.
— Pues al parecer tienes buenos gustos —dije burlona. Sentí sus manos en mis piernas y como me elevaba en el aire.
— ¿Pensaste que no? —dijo igual de burlón.
Fue subiendo las escaleras conmigo en brazos, mi cabeza apoyada en su pecho escuchando los latidos de su corazón, su cálido cuerpo brindándome calor; lo extrañaba. Lo extrañaba demasiado.
Llegamos a la habitación y me depositó en la cama.
— Te amo —dijo tomando mi rostro con sus manos.
— Yo también —dije apartando un mechón de su cabello que le cubría el ojo.
Sus labios estaban en los míos, iba lento y tierno, sentí como se había colocado encima mío, sus labios se dirigieron a mi cuello.
— Daryl... no... —dije. Él no me hizo caso.
“¡Reacciona Christina!”
— Daryl —lo llamé seria. Él levantó su rostro y me miró confundido— hay algo que debo decirte —dije con el corazón a mil por hora.
Inmediatamente se sentó al frente mío, en el borde de la cama. Yo subí mis piernas y las llevé a mi pecho.
— ¿Sucede algo? —preguntó preocupado.
— No sé como decirlo... —dije nerviosa mientras jugaba con mis manos.
Me puse demasiado nerviosa, sentía un nudo en mi garganta que no me dejaba hablar.
— ¿Qué sucede? —preguntó preocupado.
Respiré profundo, levanté la vista y lo miré a los ojos.
— Estoy embarazada —dije de una vez por todas.
Él parecía en un estado de shock, no decía nada y mantenía su mirada fría de siempre.
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Mi hombre de la ballesta (Daryl Dixon)
FanfictionChristina: Grosera, curiosa y rebelde. Daryl : Frío, cerrado y dependiente. •¿Amor? Era algo que ellos no tenían idea•