Ángel y Demonio

Aracnofobia

Narra Demonio

Llevábamos caminando mucho tiempo caminando por el bosque intentando encontrar comida (lo cual era muuuuy aburrido).

-Ugh...
-¿Qué te pasa?
-¡Llevamos horas aquí! ¡¿En serio crees que encontraremos algo?!
-Eventualmente, sí -dijo él, calmado como siempre-
-¡¿POR QUÉ ERES ASÍ?!
-Demonio...
-¡EN SERIO, DEMUESTRA ALGUNA EMOCIÓN DE ALGUNA VEZ EN CUANDO, MALDITA SEA!
-Demonio...
-¡EN SERIO NO SÉ POR QUÉ DECIDÍ AYUDARTE!
-¡Demonio!

-¡¿QUÉ?! ¡¿QUÉ QUIERES?!
-No te muevas.
-SÍ, SABÍA QUE -pausé un momento, confundido- espera, ¿qué?
- No. Te. Muevas.
-¿Por qué?
-Tienes una araña -dijo, apuntando a mi pecho-
-¿Una... qué? -miré hacia abajo- Oh dios... ¡MÁTALA!
-¡No puedo matarla, es un ser vivo! ¡Probablemente tenga una vida y una familia!
-¡NO ME IMPORTA, LES TENGO FOBIA!
-Eres un demonio, se supone que a tí te tienen fobia, ¿no?
-¡APARENTEMENTE ESTA ARAÑA ES INMUNE!
-Espera un segundo... -tomó la araña y lo dejó un suelo- listo.
-...Gracias.

Caminamos otro rato y luego le dije una duda que me asaltaba.

-¿Crees que doy miedo?
-Él me miró de arriba a abajo- no, no en absoluto.
-No sé si tomar eso como un cumplido o un insulto.

Los dos nos largamos a reír.