23. "Un mes y ocho días" (segunda temporada)

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Lali.
Las cosas iban muy bien. Luego de la detención de Mariano pude ocuparme en mi música y mi familia. Los fans están tan felices como yo, y ese amor se siente hasta por detrás de las pantallas.
Luego de la charla que tuvimos con Benjamín, cumplí con mi parte de darle el tiempo que necesita. Aún así, ese tiempo me asusta. Ya pasó un mes y ocho días de ese "reencuentro" amoroso. Ahora vivo en mi departamento y las noches son más aburridas de lo que me imaginaba. Benjamín mantiene la distancia. No puedo abrazarlo, mucho menos darle besos. Mis tiempos y los de él en el estudio nunca coinciden. No hasta ahora.


-Buenas --su voz penetra en la sala, y Peter se levanta sonriente a saludarlo--.

-Qué onda rubio, ¿todo bien?

-Ahí, recuperándome.

¿Recuperación? ¿Qué le pasó?

-¿Qué te pasó? --me levanté tan rápido como lo dijo, sintiéndome la mina más idiota de la tierra--.

-Hola Lali --se acerca y deja un beso en mi mejilla, para luego bajar la mochila en el sofá--. Nada grave. Ayer cuando volví del estudio estuve en cama todo el día, con fiebre y baja presión. Pero ya pasó.

-¿No fuiste al médico? Puede ser grave.

Rió.

-Sólo fue fiebre La. No pasó nada.

Ladeé los labios lamentando.

-No te pongas mal --agarra mi mentón y lo corre para que lo mire--. Gracias por preocuparte --me regala una última sonrisa--.

-Va, dale Benjamín. Hay que trabajar --lo apuró Peter--.

Los minutos pasaban rápidos. Benjamín estaba muy concentrado en sus cosas, al parecer planificando conciertos.

-Bueno, mañana venís y... --Peter se detiene, mirándome raro--.

-¿Qué hacés acá todavía La? --ahora pregunta Luisito--. Son las dos de la mañana --acota--.

-Es que... no sé --titubeé--. No tengo sueño y en casa estoy aburrida, sola...

-Sólo es eso, ¿no? --Benjamín me mira preocupado--.

-Sí Benja, sólo eso.

-Te llevo --dice, mientras saca las llaves de su bolsillo. Me mira expectante--.

-¿S...Seguro? ¿Podés?

Sonríe de costado.

-Vamos --señala con la cabeza la puerta, y juntos salimos del estudio--.

-Te pasa algo.

-No, no me pasa nada.

-No fue una pregunta Lali. Me doy cuenta cuando estás mal --me reta abriéndome la puerta del acompañante. No contesté hasta que subió él--.

Arrancó el auto y su silencio y miradas me obligaban a contestar.

-Me duele la pierna derecha --susurré, largando la lágrima que tenía guardada desde hace rato--.

-¿Qué? --frena el auto y me mira asustado--.

-La herida... --apoyé mi mano en mi pierna suavemente--, siento que se abrió y...

-Vamos al hospital.

-No hace falta.

-¿Vos me estás cargando Lali? --reprocha ya cambiando de camino--. El infeliz ese se las va a ver conmigo si esto llega a ser grave, ¿sabés? Y esta vez no sale vivo.

No me dejes - Benjali (Sin Editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora