Prólogo.

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Desde el pre-debut lo hace. Desde que inició el nivel secundario, incluso ahora que está por graduarse de la universidad. Miles de heridas se provocó, siempre mostrándose con una sonrisa ante los demás como si sus pecados jamás hubiesen existido.

Se reprendía mil veces frente al espejo cada vez que se iba a bañar, no le gustaba su cuerpo por tener un pequeño bulto en su panza, sus piernas eran feas con tantas manchas y tan gordas.

Se paraba frente al retrete e inclinaba su cuerpo al frente a unos perfectos 90°, miraba el agua incolora y tragaba seco, se mordía el labio y con sus dedos acariciaba sus labios; dejó su boca abierta para que escapase su saliva y así humedecer sus dedos, raspó su lengua con sus pocas uñas y abrió grande la boca, tres dedos danzaban en círculos cerca de su úvula y un poco más profundo, presionó su estómago con su antebrazo izquierdo y una arcada silenciosa le lastimó sacando la comida que había consumido hace minutos atrás. No se detuvo ahí, debía sacar todo aún si lloraba, si llegaba a escupir sangre.

Terminó con éxito, se miró al espejo con una sonrisa y miles de lágrimas cayendo por sus mejillas, lavó su cara con agua fría remarcando una y otra vez sus ojos para evitar preguntas. Se secó con suavidad con una toalla de mano y maquilló un poco su bello rostro, tiró la cadena y sonrió contra el espejo.

Salió del baño con una sonrisa cuando sus oídos se llenaron del barbullo de sus compañeros, olvidando lo que hace momentos estaba haciendo.




Muy Pronto.

B U L I M I ADonde viven las historias. Descúbrelo ahora