Capítulo 9. Σειρήν Seirến

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Me desperté de golpe muy agitada y toda transpirada. ¿Por qué no podía soñar con Taylor Lautner? ¿O con Tom Felton?

Las imágenes del sueño se negaban a abandonar mi mente. La chica misteriosa era Blue, mi amiga Blue. No sabía cómo tomarme eso, supuestamente es normal soñar con gente conocida, pero había algo que no me cerraba del todo. No se sentía como el resto de los sueños, se sentía demasiado real.

Respiré profundo tratando de analizar qué era lo que me hacía ruido del sueño. La playa era algo normal en mi vida, igual que Blue ya que habíamos pasado demasiado tiempo juntas estos últimos días y seguramente eso la hacía aparecerse hasta cuando dormía. Aunque, nunca la había visto estar en el agua o simplemente tocarla, curioso la verdad, hasta sus bebidas las tomaba con sorbete.

Me estiré en la cama dándole vueltas a la idea. ¿Por qué estaba tan impactada por un sueño? Un simple sueño. No significaba nada. Tenía que parar de hacerme problemas que en verdad no existían. Como decía mi papá "La mente es nuestro peor enemigo".

Nuestra habitación estaba oscura. Miré el reloj que marcaba que eran las tres de la mañana. Giré la mirada un poco más y vi a mi amiga durmiendo tranquilamente como si nada hubiese pasado.

Es que nada había pasado, me reclamé. Fue un sueño y me tenía que dejar de preocupar.

Me levanté con la poca voluntad que tenía y me dirigí al baño. Necesitaba pensar en otra cosa para poder volver a dormir, así que me lavé la cara con un poco de agua fría y después de un rato volví a acostarme rogando que esta vez soñase con Patch Cipriano.

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- Aqua, ¿estas segura que estas bien? - preguntó Blue por quinta vez desde que habíamos salido de la habitación.

Rodé mis ojos. Ella, a veces, llegaba a ser más insistente que yo y eso que yo era insistente.

- Sí, ¿por qué estaría mal? - respondí tratando de parecer tranquila.

No le había dicho nada a Blue sobre la nueva versión de mi sueño y eso en el fondo me afectaba. Desde chiquita me decía a mí misma que cuando tenga una mejor amiga nunca le guardaría secretos porque eso siempre arruinaba las amistades en los libros. Y no hay nada en el mundo que me moleste más que una protagonista mentirosa, bien se sabe que las mentiras tienen patas cortas siendo como bombas de tiempo que eventualmente explotan.

Igualmente, tenía que dejar de ser tan exagerada. ¡Era solo un sueño! Ya tendría que haberlo superado para este punto.

- Parece como si no hubieras dormido en toda la noche -contestó ella mientras doblábamos el pasillo para llegar hasta nuestra próxima clase.

Ahogué una risa. Era verdad. Estaba agotada y no dudaba que mi cuerpo lo reflejara.

Sin contestar seguí caminando hasta la puerta de nuestra próxima clase, de solo oír el murmullo que venía de adentro me empezó a doler la cabeza. Este iba a ser un día largo.

Entramos y nos fuimos a sentar a los dos bancos de la segunda fila al lado de la ventana. No es que había lugares oficialmente asignados, pero todos nos sentábamos siempre en el mismo lugar como por un acuerdo mutuo. Y ojo con sentarte en el lugar del otro porque se armaban los dramas.

Había terminado de acomodar mis libros cuando el profesor entró listo para empezar la clase. Cómo era de esperarse hizo callar a mis compañeros y los obligó a acomodarse en sus respectivos asientos. Era bastante intimidante y me encantaba. Era uno de los únicos que "controlaba" a mis pares y lograba que por dos horas no se comporten como salvajes.

Una Historia de Sirenas (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora