[SKATER BOY] RiLen

9

Jueves

Hoy comenzaría el plan para enamorar a Neru. Pensó en mil maneras de cómo haría para confesarse a su amada; hasta que poco tiempo después decidió componer pequeñas cartas plasmando el bello sentir que hacía latir su corazón.

Poco a poco las palabras fluían
Los sentimientos crecían
Al igual que la fierecilla que no resistía

" Inesperadamente comencé a sentir una brisa en mi rostro, a percibir un aroma que me atraía. Era como si de repente me manejaras a tu antojo, algo incontrolable, ya no era yo, estoy perdido en tu mundo, perdido en tu dulzura, en tu fragilidad, estoy perdido por ti..."

Dejó la pequeña nota en el asiento de Neru y se retiró del salón, porque si lo encontraba lo más probable sería que fuera descubierto y por ahora ese no era el plan. Con un poco de rubor en las mejillas se fue a la biblioteca del instituto para descansar y leer algunas partituras, y básicamente tratar de calmar su corazón.

▪▪▪

Por otro lado la llegada de Neru al instituto se acortaba. Y cuando por fin llegó rápidamente fue acorralada por sus dichas amigas quiénes la llevaron directo al salón. Y al llegar se dieron la impresión de una pequeña nota.
Neru la leyó y de ello le surgió un notorio sonrojo. Sus amigas tomaron la nota y sonrieron.

– Otro admirador... Una pérdida de tiempo – Dijo la pelirroja para después arrugar aquel papelito – ¿No, Neru-chan? -

Neru ante ello se enojó, pero no dijo nada. Y a pesar de ello sabía que esta no era un simple admirador porque la mayoría de cartas eran como ” me gustas, sé mi novia" o " Eres una chica muy hermosa, sal conmigo" y mucho más. Realmente una tontería puesto que ellos no sabían como era su verdadero ser. Y probablemente este admirador tampoco, pero de algo si podía asegurar que este por alguna razón le provocaba un sentimiento muy reconfortante.

–Me gusta...– Susurró mas fue escuchada por sus acompañantes

–¿Qué dijiste Neru?– Aquella preguntaba palideció a la rubia de larga coleta.

– Digo que no es necesario que hagas eso ... Digo tal vez lo haya escrito Kaito y sería de mala educación hacer esto ¿no lo crees,Teto? –  Sonrió con la sonrisa más falsa que podía haber hecho.

– Si, tal vez... – Teto devolvió aquel papel ya arrugado a la dulce propietaria.

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