Capítulo 1: Flowers For A Ghost

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Hay momentos de la vida en los que uno se siente inútil. Hay otros tantos en los cuales sientes que te vas a comer el mundo. Todo está basado en los aciertos y los errores que cometemos cada día.

En los últimos días tuve la sensación de haber cometido un error tras otro sin parar. No había puesto un alto a todo aquel desastre hasta la noche anterior cuando decidí tomar un vuelo y regresar a Los Ángeles después de varios años. Allí me esperaba uno de los hoteles de los que mi padre era dueño. Iba a pasar todo el verano en el fabuloso hotel Fantasy's City. Sí, no sonaba mal. Después de todo allí tenía viejos amigos que esperaban montar una fiesta por mi vuelta a la ciudad.

Había viajado mucho gracias a la buena vida que nos proporcionaban los trabajos de mis padres. Papá, Peter Brown, era el dueño de una gran cadena de hoteles y mamá, Macy Hudson era su encantadora esposa modelo que había posado en para las más grandes empresas moda. Sí, sonaba muy perfecto. Después de todo yo era su niña consentida que tenía facilidades para lo que quisiera.

En una aparente regla de tres tenía que ser feliz, pero no, no lo era. Taylor, mi novio desde la secundaria me había dejado poco antes de terminar mi primer año de universitaria. ¿Su justificación? No nos veíamos apenas desde que cada uno estudiaba en universidades a cinco horas de distancia. ¿La mía? Que se había aburrido de mí después de tres años de relación. ¿La de mi madre? Que había encontrado a otra mejor que yo. Y algo me decía que las tres justificaciones estaban relacionadas … y dolía como cuchillos clavados en el corazón desde la espalda.

Yo amaba a Taylor. Era un chico moreno de pies a cabeza con el pelo sexy, de pequeños ojos brillantes, de sabrosos labios que besaban increíblemente y aunque estaba delgaducho, era fuerte. Me resistí a llorar cuando terminó conmigo en una cafetería. Me dijo que esperaba que fuéramos amigos. Yo le respondí que no se preocupara de volver a verme, así era yo, orgullosa. Me había herido y jamás iba a permitir que viera mi dolor.

Me centré en los últimos exámenes de la universidad y por no llorar la ansiedad empezó a devorarme por dentro … ¿Mi gran solución? Comer, y sí, había ganado unos tres kilos en ese último mes, cosa que mi madre notó cuando viajé de Nueva York a París para recibir algo de consuelo materno. No sé ni porqué me hice ilusiones … Lo único que recibí fue críticas sobre lo poco que me esforzaba por mostrarme atractiva.

Mi padre no supo nada de esto. Él solo sabía lo deprimida que me veía. Trató de entretenerme con paseos por la hermosa ciudad, la ciudad del amor. Aquello me contrajo más el pecho haciéndome no querer salir jamás de cualquier habitación que me dieran.

Finalmente me propuso ir a Fantasy's City para ayudar a mi tío Scott con el manejo del hotel y así empezar a aprender como manejar el negocio. Sí, estaba estudiando una carrera universitaria para después poder controlar el legado de mi padre. Jamás quise acercarme a la profesión de mi madre después de que posara con ella en una foto a los doce años y ella luciera esbelta como una jirafa y yo pequeña y rechoncha como una cochinilla. ¿Quién iba a hacerle sombra a aquella mujer por la que los hombres babeaban? Yo no, eso era seguro.

A pesar de que con la edad adelgacé y me esmeré por tener una buena figura, seguía sin haber nada llamativo en mí salvo mis pechos. Eso sí. No había manera de desquitar los de los hombres en mí cuando llevaba un escote … algo que tampoco me parecía muy alentador. Por lo general me daba asco y decidí ir más como una mojigata. Agregado con las gafas que solía usar de vez en cuando para leer y a las pocas curvas en mi cadera, definitivamente no era atractiva.

Lo único bonito que podía haber en mí eran mis grandes ojos de largas pestañas y color avellana. Eran de un marrón muy claro que entonaba con mi castaña melena rizada.

Hall Of Fame (Justin Bieber y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora