Lakatos, Stephen y una prueba química

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Severine se ofreció al final acompañarnos en nuestra última parada mientras Melissa se retiraba a su casa, ya que también estaba dispuesta a averiguar hasta el final quién era el asesino que iba tras nuestros huesos, durante todo el camino Richard se la pasó coqueteándole a Severine pero ella (como buena esposa) ni caso le hizo y se limitó a platicar con su fututo marido. Al llegar a la ditrección anotada tuve que reconocer que la casa me dio un poco de miedo. La casa era del tipo que se leen en las novelas y cuentos de terror...¿Con qué clase de loco nos íbamos a topar ahora? Albert tocó el claxón y como la vez anterior la pantallita nos mostró a....¿¡Mi gemelo!? Era un hombre de piel cetrina, cabello encortinado como el mío y ojos negros iguales...la única diferencia notable era que usaba unos lentes gruesos de media luna que hacían que su mirada fuese más penetrante y profunda como su voz:

-Buenas tardes profesor Lakatos, ¿Podría concedernos una visita corta por favor? Es urgente- dijo Albert.

-En esta casa no damos caridad ni compramos boletos de lotería....¡Ahora hagáme el favor de irse!-

-Pero se trata sobre el trabajo del señor Lovelace...- comenzó Carter, al instante las rejas se abrieron dejándonos pasar y tal como las veces anteriores tuvimos que esperar que se nos atendiera. A diferencia de las mansiones de Lovelace, Severine y Carter, la del profesor, sin luces prendidas, era casi oscura y no tenía muchos lujos por admirarse, parecía más una mansión que ni los Malfoy se hubieran molestado en comprar. El vestíbulo de entrada parecía sacado de una buena novela de suspenso y cualquier ruido por pequeño que fuera nos ponía nerviosos. Personalmente me sentía igual cuando fui a aquella reunión del Señor Tenebroso y me parecía que de un momento a otro iba a aparecer y a matarnos, por hábito apreté con mi mano, mi varita escondida en el bolsillo de mi pantalón.

De repente todas las luces de la mansión se prendieron y el "ambiente tétrico" desapareció de la mansión y el vestíbulo apareció con todos sus colores, detalles y estatuas. Todos nos habíamos asustado al principio pero después de admirar cada detalle teníamos que reconocer que al profesor le gustaba presumir, aunque no tanto como Carter.

De repente un muchacho de apróximadamente 20 a 21 años bajó por las escaleras, era delgado como Dexter, de cabellos pelirrojos como los de la familia Weasley, de cara angulosa y llena de pecas, con lentes redondos como los de Harry Potter y nariz ...

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De repente un muchacho de apróximadamente 20 a 21 años bajó por las escaleras, era delgado como Dexter, de cabellos pelirrojos como los de la familia Weasley, de cara angulosa y llena de pecas, con lentes redondos como los de Harry Potter y nariz ligeramente aguileña y boca pequeña. Al ver a Dexter y a Severine, sonrió como un niño que ve un enorme cono de helado:

-¡Dexter! ¡Severine! ¿¿Cómo están?! ¡Qué pasó....eh Dexter? ¡Aquí nos enteramos de tu desaparición! ¡Hasta Lakatos creyó que estabas muerto!-

-¿En serio?- pregunté suspicaz, el muchacho al verme abrió los ojos cómo búho y me preguntó:

-¿Profesor Lakatos? ¿A qué horas bajó del estudio si hace 5 minutos estaba conmigo?-

-Stephen...él no es Lakatos....si nos conduces con él...te lo vamos a explicar bien- dijo Severine amorosa.

-Ok...¿y también viene el "cabeza de cubeta"?- preguntó Stephen al ver a Carter quién le sacó la lengua, al ver eso, le pisé el pie a Carter (¡No tiene idea de cuánto tiempo esperé para hacer eso!)

Severus Snape y la princesa de ojos esmeralda (Las leyes del amor)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora