10 de agosto

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Hoy 10 de agosto es el dia que me voy de vacaciones, en teoría habríamos tenido que irnos el día cinco pero estuve con fiebre y tuvimos que esperar a que se me pasará para poder emprender el viaje.

Normalmente cada año nos vamos todo el mes de agosto de vacaciones a la casa de la montaña de mis abuelos i ellos pasan todo el mes en nuestra casa, se podría decir que es un intercambio de casas temporal.

-Kishibe!!! Vamos! Sube al coche que nos tenemos que ir! -dijo mi madre con un tono alto desde la puerta de casa-

-Ya voy!!! Sólo necesito encontrar una cosa y vengo!!! -grité desde mi cuarto-

Necesitaba encontrar esa cosa, ya que pasaría todo un mes fuera de casa, tenía la necesidad de tenerla, la foto que me hice con Seiichiro antes de acabar el curso y que imprimí para poder llevarla a todos los sitios donde fuera y no pudiera verle.

-Aquí está! -Grité felizmente al encontrar esa fotografía tan preciada para mi-

Se encontraba bajo el cojín, no me acordaba que hacia 5 días la había dejado allí, echaba de menos a Seiichiro... su sonrrisa... su mirada... sus besos... todo de él.

Fui hacia el coche, me subí y emprendimos el viaje, durante este me quedé dormido, entre mis manos se encontraba nuestra foto. Tuve un sueño, en el sueño apreciamos Seiichiro y yo, nos estábamos besando, era de noche y estábamos junto a un rio, sentados en la orilla de este, luego nos abrazamos, nos tiramos al suelo y...

En ese momento me desperté, ya habíamos llegado a la casa de los abuelos, una casa grande en medio de la montaña, justo detrás de la casa, unos metros más allá había un rió, era justo igual al del sueño que tuve!!! Todo parecía muy tranquilo, todo hasta que el abuelo nos explicó una cosa que haría que mis vacaciones acabasen siendo algo muy romántico.

Mis abuelos, que de aquí a unos días irían a nuestra casa, nos abrieron la puerta principal y cuando nos los encontramos nos dijeron;

-Hola Kishibe! Como has crecido en este año -dijo mi abuelo entre risas-

-Cada vez eres más un hombrecito -Dijo mi abuela entusiasmada-

-Gracias, no me pensaba que hubiese cambiado tanto -les respondí sin pensar alguna buena respuesta-

Entramos a dentro de la casa  y mi abuelo nos contó una cosa que me sorprendió y que hizo que mi madre se inquitase.

-Bueno, resulta que el hijo de un amigo del club de golf me ha pedido si su hijo podia pasar las vacaciones de verano en la montaña durante este mes y yo no me he podido negar, espero que os lleveis bien con él, es algo tímido y no expresa muchas emociones pero seguro que os caerá bien -Explicó mi abuelo-

Como??? Que este verano lo pasaría con un chico desconocido que es tímido y no sabe expresar emociones, sólo de pensarlo me preocupaba que tipo de persona sería.

-Venga, no tengas vergüenza, pasa -dijo mi abuelo mirando hacia la puerta de la cocina-

Entonces, la puerta se abrió, y entró un chico de una edad aparente a la mía, de pelo negro y ojos negros como la mismísima oscuridad...

-Seiichiro!!! -grité mientras me abalanzaba sobre él-

-¿Como? ¿Ya lo conocías? -dijo mi abuelo impresionado-

En ese momento mire a mi madre, su mirada transmitía preocupación, no sabía porque pero eso también me preocupaba.

Tras reencontrarme con Seiichiro fuimos a dar una vuelta, nos lo pasamos muy bien, la naturaleza no nos dejaba de sorprender, a todos los lados que mirábamos encontrábamos algo genial, único y que nos fascinaba.

La tarde paso rápido, comimos y volvimos a pasear, inmediatamente se nos hizo de noche a si que nos fuimos a cenar, después de cenar preguntamos a mis abuelos si podíamos dar una vuelta nocturna, fue entonces cuando todo ocurrió.

Fuimos a la orilla del rio, el sonido del agua pasando era muy agradable, relajava cada una de mis articulaciones, cada uno de mis músculos, hacia que no pensará en nada, en nada más a parte de Seiichiro, el estaba a mi lado, tenía un brazo por mi cintura, era una sensación agradable, sus manos estaban cálidas,mi corazón se aceleraba, de pronto algo sucedió e hizo que la situación fuese a otro nivel.
De pronto Seiichiro se dio cuenta de que llevaba algo en el bolsillo, como si fuera un ninja me quitó la foto y luego de mirarla, me dijo;

-A si que me ibas a echar a faltar durante este mes de no verme y te has llevado esta foto para tenerme contigo

-Si, me la he llevado por este motivo, lo adibinaste, siempre te quiero a mi lado u con esta foto puedo tener un recuerdo tuyo si en algún momento te echo de menos.

De repente Seiichiro dejo de estar sentado con las piernas estiradas y apartó su brazo de mi cintura, se sentó en lo que yo llamo posición de hacerse bolita, su cara estaba roja y parecía avergonzado.

-¿Que te pasa tan de repente? estas muy rojo -le pregunté al ver su reacción-

-Esto... pues... -dudó en decirlo- resulta que... que... me he... excitado -dijo con un tono de voz flojo y avergonzado-

-jajajaj -reí por su reacción- tranquilo, a todos les puede pasar esto, ho hay razón por que avergonzarse, creo que deverias aflojar tus pantalones, si no, te va a doler.

Con las manos temblando intentó aflojar la cremallera de sus pantalones, parecía que no podía, que se le habían marchado todas las fuerzas, entonces decidí ayudarlo.

-Yo te ayudo, es que parece que no puedas bajarla

-Se ha quedado encallada, me harías un gran favor si me ayudas -dijo todo sonrrojado-

Al cabo de unos intentos fallidos, logre bajar la cremallera, la cara de Seiichiro dejó de tener una expresión de dolor, parecía aliviado, entonces, se levantó y mientras caminaba hacia unos arbustos de no muy lejos me dijo;
"Voy a arreglar este problemita, ahora vuelvo, por favor, no vengas"
No pude evitar ir hacia donde el se encontraba, entonces lo abracé por la espalda y le susurre a la oreja;
"no me dejes sólo, déjame estar a tu lado en cualquier situación, da igual cuan embarazosa pueda ser, yo quiero estar allí"

Mientras yo pronunciaba esas palabras el continuaba moviendo la mano con su miembro excitado en esta.

Paso un rato hasta que se corrió, no sabría decir cuánto exactamente pero fue un momento agradable para los dos. Yo sentía su calor corporal abrazandolo y él sentía el mío mientras lo abrazaba. A si empezó nuestra relación como oficial, pero sólo para nosotros dos, no nos importaba la opinión de amigos y familiares, solamente no queríamos preocuparlos.

--CONTINUARÁ-

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Hola, soy la autora de este relato, espero que lo estén disfrutando, siento no haber estado muy activa pero tuve un problema de imaginación y tuve que esperar a que me volviera, aprovecho para avisar que publicaré los capítulos mensuales o si alguna vez tengo más imaginación puedo publicar más de uno al mes, no se desesperen, bye y muchos abracitos.

Ángeles blancos y negros [En Pausa] {Corrijiendo}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora