Sonrisas estáticas

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Italia, en algún momento entre el pasado y el hoy

Desde siempre, yo había capturado instantes
con mi cámara,
personas, objetos, paisajes;
hasta que pasó
lo que nunca había pasado:
una media sonrisa y una mirada
a mí me atraparon.

Me atrapaste.

Sí, caro Marco, lo hiciste
y seguramente ni cuenta de ello te diste.

Cientos de veces me enamoré de ti
y, si cierro los ojos,
puedo vernos de nuevo ahí,
el uno frente al otro:
tú, posando,
tu trabajo es ser modelo;
yo, fotografiando
y sintiendo que me devora el desconsuelo
por no ser el verdadero destinatario
de tus sonrisas,
sino simplemente el fotógrafo
para el que realizas tus posados.

Con cada fotografía, me muero por dentro
porque tú eres tan bello, tan perfecto
y yo soy tan pero tan invisible;
y, aunque incluso a mí me parezca imposible,
te amo en la distancia,
te amo detrás de mi cámara,
te amo en silencio, mio bellissimo Marco.

Es este un amor silenciado
que se niega a ser revelado
pues teme mi corazón callado
sufrir un rechazo...
y se pregunta, apesadumbrado,
perché fa tanto male l'amore inconfessato?
¿Alguna vez te fijarías en alguien como yo, caro Marco?

Quizás sea una inalcanzable realidad,
quizás solo se me permite soñar...

Sueño con tu sonrisa, dirigida a mí y de amor llena,
más maravillosa que recorrer Venecia
en góndola bajo las estrellas;
sueño con caricias de seda blanca,
con tu respiración pausada... y acelerada;
sueño con estar abrazado a tu espalda
y fundirme en tu piel,
hasta que no se sepa dónde acaba
mi aliento sobre tu cuello
y empieza tu cuerpo.

Sueño con perderme en tu ser y encontrarte en los mil besos y caricias de nuestros labios llenos de deseo; sueño con fotografiarte desde todos los ángulos posibles, sobre un fondo de sábanas desordenadas, cuando te quedes dormido después de hacer ...

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Sueño con perderme en tu ser
y encontrarte en los mil besos y caricias
de nuestros labios llenos de deseo;
sueño con fotografiarte
desde todos los ángulos posibles,
sobre un fondo de sábanas desordenadas,
cuando te quedes dormido después de hacer el amor,
porque tu cuerpo es arte
y como tal debe tratarse:
con mimo y pasión.

Sueño que me amas como yo a ti
e incluso sueño que mi sueño no tiene fin.

Y mientras sueño,
un día —el día—,
con la cámara revelo
a mis ojos lo que era invisible
a los del resto del mundo
e, incluso, a los tuyos.

No sé en qué momento lo descubriste
pero sí sé, por tu triste mirada y tu triste sonrisa,
que repudias tu verdad,
la desprecias, la temes, no la quieres aceptar
y yo no sé cómo decirte
que ni en ti ni en mí hay nada mal
por amar o desear a un igual.

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