Capítulo 38

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Estar de cabeza no es la posición que más me gusta, aunque teniendo en cuenta de que tengo unas maravillosas vistas he decidido claudicar por esta vez. El escozor en el trasero abunda cuando siento su gran mano azotarlo, cabe de destacar que el pasillo esta desierto -cosa que agradezco -, por que de lo contrario ahora mismo mirarian como un chico de cuerpo tatuado, alto y buenísimo lleva una chica rubia en el hombro.

Johan hábilmente abre la puerta de mi cuarto y cuando entra por ésta me deja en el suelo antes de cerrar la puerta detrás de sí y encender la luz -Mierda All, casi se te salen las tetas.

Bajo la mirada hacia donde su vista se detiene que es mi escote, y siento como mis mejillas se encienden y un cosquilleo asciende por todo mi cuerpo. Johan me mira, con sus ojos azules escaneando mi cuerpo con detalle. De pronto siento la boca seca a la espera de que me bese y me toque.

-Carajo nena..., carajo -sisea -. He de recordarme que no debo hacerte todo lo que pienso por que de lo contrario ahora estarías a cuatro patas...

Ahogo un jadeo y se acerca a mi tomándome por la cintura para pegarme a su cuerpo.

-Lo quieres ¿verdad? -me susurra al oído con su profunda voz haciendo mi piel erizar -, quieres que tenga debajo de mi, que te folle, que te haga venir tantas veces como pueda ¿No es así?

-Johan...

-Lo sé nena, lo sé. Eso no será ahora pero algún día tendré tu apretada vagina, y te follaré como llevo pensando hacer desde que te conocí.

Y entonces me besa, su lengua con aquel metal que la traspasa en seguida encuentra la mía y con determinación juega con ella y se saca la gorra dejandola en la cama vacía alado de la mía. Que me diga estas palabras provocan que mi corazón se acelere, el confesar que ha querido más de mi desde que me conoció me sorprende, en ese entonces sólo me ignoraba o me miraba con desdén. Odiaba cuando se comportaba tan mal conmigo, cuando evadia todas esas preguntas de las cuales aún no tengo respuesta. Sus manos descendieron por mi cintura y caderas hasta llegar a mi trasero que acarició antes de elevar mi cuerpo y envolver mis piernas a su alrededor.

De pronto sentí la comodidad del colchón en mi espalda, sus labios dejaron los míos por unos segundos antes de tirar de mi labio inferior con los dientes. Jadeé. Moría por sacarle la sudadera y acariciar su maravilloso cuerpo fibroso. Así que con los dedos temblorosos tomé el borde de su sudadera y tiré de ella hacia arriba, levantó ambos de sus brazos para poder sacarsela y me quedé sin respiración al ver que debajo no llevaba nada más. No podré olvidar aquella vez que estuve en su habitación y me prestó una de sus sudaderas, que a cada momento me encantaba oler.

Salí de mis pensamientos cuando sentí sus labios en mi cuello, me removí debajo de él y le di acceso a mi piel acariciando sus brazos. Cada sensación que Johan provocaba en mi se sentía maravillosa, no podía siquiera persuadirme de que no lo sintiera o incluso evitarlo, cada centímetro de mi piel reacciona a él, justo como ahora que sus labios se pasean por mi cuello y toma mi lóbulo con los labios para chuparlo, me estremesco, mi estómago se contrae y no puedo evitar que los jadeos salgan de mi boca.

Mis manos se deslizan por su ancha espalda, y con impaciencia busco su boca. Su lengua de adentra en mi boca mientras sus manos bajan por mi cintura y vuelven a ascender. De pronto se aleja y me observa: tiene las pupilas dilatadas, los labios rojizos e hinchados.

-Johan... -susurro.

-Nena..., te diría que lo siento pero joder, quiero verte -antes de que pueda preguntar que es a lo que se refiere sus manos van a mi escote y dando un tirón rompe mi traje, en segundos estoy fuera de él y Johan mira mis pechos. Se desabrocha el pantalón y baja la cremallera antes de salir de los Nike y de los jeans. No puedo evitar mirar el bulto en sus bóxers, instintivamente me muerdo el labio inferior.

Johan (Into the Darkness)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora