✔ Day 4 ✔

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En una cita:

Springtrap tenía las mismas palabras incrustadas en su mente, repitiéndose incesantemente, una y otra vez, como la más pegadiza melodía posible. Pero que en sí, no le resultaba tan agradable

«No es una cita. No es una cita. No es una cita»

Tras unos cuantos y significantes días de analizar más detalladamente que eran aquellos nuevos sentimientos desarrollándose dentro suyo que estaba empezando a sentir por su nuevo mejor amigo. Todavía se encontraba algo confundido sobre ello, pero tenía más que claro que lo que sentía por el menor era más que un simple cariño de forma amistosa

Sus recurrentes pensamientos fueron interrumpidos al ver al oji-naranja hacer presencia en el umbral de la puerta de su hogar, que era donde él lo había estado esperando desde hace ya unos minutos. Towntrap traía vestido una remera color verde de mangas blancas y largas, unos pantalones azules y unas deportivas negras. Le sonreía con cierta emoción, aunque eso era muy común de ver en él. A Sringtrap le fue inevitable sonreír al verlo hacer lo mismo, era casi como un reflejo automático

—¡Springtrap! —lo llamó por su nombre, abrazándolo rápida y cortamente. Como estaba acostumbrado a saludarlo

—Je, hola Town —saludó de igual forma, y haciendo uso de aquel algo ridículo apodo. Que el pelinaranja le diese la confianza necesaria para ello le hacía sentir ligeramente alagado. Vamos que no a todo el mundo le gustan los sobrenombres, ¿verdad?

—Eh, ¿y Bestia?, esperaba poder verlo hoy cuando llegases —dijo el menor fingiendo un tanto de tristeza para luego sonreír nuevamente

—Meg lo está cuidando, pensé que sería lo mejor para poder salir —contestó el rubio, riendo algo incómodo por lo último que había dicho

Bien, ahora Springtrap sabía que hasta su mejor amigo prefería la compañía de Bestia antes que la de él. Pero, eso era viéndolo más que nada de una manera exagerada y divertida. A decir verdad, no lo podía culpar, admitía que Bestia era muy encantador, de todas formas

—Es una lástima... pero, ¡vale, estamos aquí para salir en nuestra cita!, ¿no es así? —comentó el otro, emocionado. Genial, hasta Towntrap consideraba aquello una cita, todo iba bien. ¿A dónde iremos?

—Ah, bueno yo no sabía de algún lugar al que gustaría ir hoy, así que...

—¡Ah, en ese caso!, tengo el lugar más que perfecto —le tomó de la mano en un movimiento veloz que casi pasó desapercibido por el rubio cenizo—¡vamos!

Con su otra mano cerró la puerta de su vivienda y finalmente se encaminó arrastrando prácticamente al mayor, quien se encontró un tanto avergonzado por el cálido y suave agarre entre sus manos

•  •  •

¿Una fuente de soda?

Bueno podría no ser un buen lugar para (Springtrap se había designado, no había de otra) salir en una cita, sin embargo, ese lugar en específico tenía un valor más que nada sentimental para los dos. Fue al primer lugar al que fueron juntos, el mismo día que se conocieron. La tarde en la que por accidente Towntrap se desvió de la habitual ruta a su hogar y tuvo la gran coincidencia de encontrarse con él

En ese momento se encontraban sentados en una mesa cualquier del amplio y cómodo local, de ambiente calmado por ser temprano aún cerca de las 13:42PM, por lo que habían apenas unas cuantas personas en el establecimiento

Cada uno había ordenado algo que sin duda les fascinaba y que extrañamente(al ser ambos "vegetarianos", pues el rubio muy pocas veces tenía la posibilidad de probar carne o algún otro) compartían su mismo gusto en común, un jugo de tomate y zanahoria. De sus favoritos. Estuvieron conversando de diversos temas triviales alrededor de unos largos minutos, como siempre hacían, unas cuantas risas por aquí y otras por allá. A Springtrap le resultaba muy extraño pero fabuloso el pensar que ambos al ser tan diferentes podían congeniar tan bien

✔ 30 DAYS OF SPRIWNTRAP ✔ #FNAFHSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora