Pasé una mala noche. Mi novio, llegó muy tarde a dormir, según el, por asuntos de trabajo. Además, mi cita son Steven no me deja dormir tranquila. Tengo miedo. No quiero volver a enamorarme de él, las cosas no acabarían bien una vez más, y los dos sufriríamos. Pero tampoco quiero hacerle daño, según el, sigue enamorado de mi, y sé que si lo rechazo, va a cometer cualquier tipo de estupidez.
Me levanto a las nueve de la mañana y me tomo las cosas con calma. Me doy una larga ducha de agua caliente. Me pongo un lindo vestido de verano, arreglo un poco mi cabello, me pongo un poco de maquillaje, y considero que estoy lista para salir. Decido no tomar el auto e ir caminando. No hago más de treinta minutos, y a pesar de que busco a Steven con la mirada, no lo veo por ningún lado. Alguien tapa mis ojos por atrás y me sobresalto, pero la voz de Steven me tranquiliza.
-Adivina quien soy...- Dice sin quitar sus manos de mis ojos.
-Steven... No seas tonto...- Me alejo y me volteo para verlo. Está sonriendo, y arreglado. Peinó su cabello y se puso loción por todo el cuerpo.
-Hola, ____.- Dice besándome la mejilla.
-Hola Steven...-
-¿Qué tal dormiste anoche?-
-Eh... Bien... Si...- Digo mintiendo.
-Te fuiste temprano de la fiesta...-
-Si, la verdad no estaba muy cómoda allí.-
-Lo siento... Me hubieras dicho...-
-Ya, está bien...-
-Ven, vamos a caminar...- Steven me hace una seña para que avancemos por el camino de tierra del parque, y en una ocasión, trata de tomar mi mano, pero niego y seguimos caminando en un incómodo silencio, hasta que decidimos sentarnos en una banca a observar una fuente con patos.
-_____- Dice Steven sin mirarme.
-¿Si?-
-Te necesito.-
-No, no me necesitas...-
-Si, si te necesito. Te amo y te necesito. Ahora, por favor, deja de rechazarme, sabes muy bien que sigues sintiendo cosas por mi, y no vale la pena que lo sigas ocultando.-
-Basta...-
-No... Basta tu, nena. Sabes que me necesitas...- Steven se acerca a mi, dejando solo unos cuantos centímetros de distancia. Todo lo que dice es verdad, pero no quiero volver a caer en esto... Ya me hizo daño una vez, no quiero que suceda de nuevo.
-Por favor, Steven... Esto nos hace daño a los dos...-
-Si, nos hace daño estar alejados...- Steven rodea mi espalda con sus brazos y me acerca a él, haciendo que nuestros labios se junten. Me besa tiernamente. Sus labios saborean los míos, y en mi cuerpo recorre un sentimiento de amor que hace meses no sentía...
-Por favor, nena... Te necesito...- Dice sin despegar sus labios de los míos.
-Necesito pensarlo... ¿Si?-
-Te esperaré el tiempo que sea necesario...-
-No seas cursi...-
-Te encanta cuando soy cursi contigo...-
-Déjame...- Digo riendo.
-Di que me amas...-
-¿Qué?- Digo alejándome un poco más.
-Te esperaré, todo lo que sea necesario... Pero dime que me amas.-
-Steven... Yo...-
-Dilo... Si de verdad lo sientes, dilo.-
-Aún te amo...-
-Lo sabía... Lo sabía... Ven aquí...- Steven me abraza con fuerza, y yo no hago más que soltar un suspiro y devolverle el abrazo. Estamos en esa posición un rato, y la verdad, me gusta. Steven siempre será una persona muy especial para mí, y estar en sus brazos es muy reconfortante, sobretodo teniendo en cuenta que no he estado muy bien estos últimos meses.
-¿Quieres que te lleve a casa?- Pregunta.
-No... No creo que sea buena idea... Ya sabes, mi novio está allí...-
-Ah... Cierto...- Dice con algo de melancolía.
-Perdón...-
-No importa, no importa. Entonces... ¿Me prometes que lo vas a pensar muy bien?-
-Si... Necesito un poco de tiempo...-
-¿Quieres que vayamos por un helado? ¿Cómo en los viejos tiempos?- Pregunta sonriendo.
-Yo... Está bien... Vamos...- Steven y yo salimos del parque y caminamos hacia el centro comercial donde yo solía trabajar cuando nos conocimos. Los dos nos sentamos en una mesita dentro de la tienda, y cada quien pide un helado de fresa. Steven se come el helado como si no hubiera comido en tres días, lo cual me hace reír.
-El helado era más rico cuando tú trabajabas aquí...- Dice dándole la última mordida al cono de galleta.
-Saben igual...-
-Nop. Estoy seguro que antes eran mejores.-
-Steven...-
-¿Si?-
-Quiero estar contigo.- Digo de repente. Sin pensarlo dos veces.
-¿Qué?-
-Mierda... Yo... No sé porque dije eso. Ignórame, ¿sí?-
-No, no, no. Oye no. Ven aquí...- Steven se levanta de su asiento y me carga como si fuera una bebé. Al principio pienso en enojarme con él y decirle que me baje, pero no hago más que mirar sus tiernos ojos azules y reírme.
-Puedo caminar sola...-
-Pero me gusta llevarte...-
-¿A dónde vamos a ir?-
-A mi casa... Hoy Duff no está, así que estaremos solos...- Dice guiñándome un ojo.
-Oye, no voy a acostarme contigo en nuestra primera cita.- Digo algo molesta.
-¿Quién hablo de sexo, pervertida? Yo hablaba de ver una película de Disney, mientras comemos dulces y me abrazas...-
-Dijiste que eso te aburría...-
-No, soy un idiota. Olvida todo lo que dije ese día, ¿sí? Hasta que te fuiste no me di cuenta de lo bonito que era hacer eso... Ya sabes... Pasar el día juntos, comiendo dulces y esas cosas...-
-Concuerdo con que eres un idiota...-
-Ya, shhhh...- Steven me da un rápido beso en los labios, y no tardamos mucho en llegar a su casa. Como él había dicho, la casa está sola, y también está hecha un desastre por la fiesta de anoche. Steven me deja sentada en el sillón, va a la cocina y regresa con varias bolsas del supermercado.
-¿Qué es todo eso?-
-Los dulces que comíamos, ya había planeado todo...-
-¿Y la película?-
-Ya está puesta en la televisión...- Steven prende la televisión, se sienta a mi lado, saca todos los dulces y me abraza. Steven y yo pasamos el resto del día de esta forma. Comiendo dulces, viendo cualquier película en la televisión, y dándonos el amor que los dos necesitábamos a través de abrazos, besos y caricias. Sé que está mal, tengo novio, y por fin había logrado seguir mi vida sin Steven. Y de un día para otro, Steven vuelve a ser mi centro de atención, y a pesar de que no quiero, no puedo dejar de sentir muchas cosas por el...
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One in a million. (Steven Adler) TERMINADA.
FanficLas personas no siempre son lo que aparentan...