El olor a pizza llenaba la casa. Estas eran las ventajas de vivir con un padre el cual no sabe cocinar, comida chatarra por montones.
- Amelia!- me llamo mi padre desde la cocina- Ven a comer!
Salte de mi cama y camine hacia la cocina. Tenia mucha hambre y ese exquisito olor solo me provocaba aun más hambre.
Al llegar a la cocina vi una caja de pizza encima de la mesa, a mi padre y... A la psicologa de la escuela junto a mi padre.
Qué hace ella aquí?
Mire a mi padre con reproche, haciéndole saber con mi mirada que la presencia de esa mujer me irritaba.
- Hola, Amelia- me sonrió la mujer
Quería preguntarle qué demonios hacia en mi casa, pero mi padre se adelanto a responder esa pregunta.
- La señorita Rodríguez me llamo preocupada diciéndome que no has ido a ninguna de sus terapias- dijo
"Señorita"? Probablemente sea una zorra... No, cálmate.
La mire.
- Por qué no te has presentado a ninguna terapia, Amelia?- pregunto ella
Simplemente no quiero perder mi tiempo.
- Se me ha olvidado- susurre
Mi voz era solo eso, susurros. No tenia ánimos para siquiera hablar.
- Te lo he recordado todas las semanas- dijo mi padre algo enojado
Cierto...
- Con la escuela se me ha olvidado- respondí
Sabrán que estoy mintiendo.
- Bueno, me aseguraré de que la semana entrante tomes la terapia sin falta. Sabes que solo queremos tu bienestar
Tu solo quieres la paga.
- Quiere quedarse a cenar?- le pregunto mi padre a la psicologa
No.
- No, gracias. Debo irme. Solo quería saber como estaba Amelia
Me sonrió y yo le devolví la sonrisa.
Te odio.
- La acompaño a la puerta
Mi padre y ella salieron mientras yo me quedaba ahí mirandolos marcharse.
Como se atrevió a venir aquí? Es mi maldita casa, no puede hacer eso.
Me limite a mirar por donde se habían ido y pensar formas en como podría suicidarme. Pero divise algo con el rabillo del ojo, algo se había movido a mi lado. Rápidamente mire en esa dirección pero no había sido nada.
No. Por favor, déjame en paz.
"Estas loca, acéptalo. Tienes graves problemas mentales."
No eres real.
"Entonces, por qué me respondes?"
Cállate.
"Pero si dijiste que no soy real."
Estas en mente, yo te creé. Eres un productos de mi imaginación por todo el estrés. Todo eso que veo no existe.
"Segura?"
Si.
"Mira hacia al lado"
Mi corazón se detuvo unos segundos con esas palabras.
Recuerda, no es real.
Gire la cabeza lentamente encontrándome con nada. Suspire y trate de calmar mi corazón acelerado.
Respira... Mantente alerta. No! No hay nada!
Volví la mirada hacia el frente y vi como algo saltaba hacia mi. Reprimi de soltar un grito y extirpe mis brazos hacia el frente para detener esa cosa y cerré los ojos fuertemente.
No es real!
-Amelia?- escuche la voz de mi padre- Estas bien?
Abrí los ojos y mire alrededor, solo estaba él parado frente a mi; nadie más.
Pero... Yo vi algo!
- Amelia?
Fije la vista en mi padre.
- Eh?
- Estas bien?
- S-Si
- Segura?
- SiNo insistió y camino hacia la mesa.
A veces me gustaría que fuera algo más insistente, que me abrazara fuerte y nunca se cansara.... Pero así no funcionan las cosas.
- Quieres?- pregunto él con un poco de queso saliendo de su boca
Reí.
- No. No tengo hambre.
Mentira. Tengo demasiada hambre.
- Segura? Es pizza
Mierda.
- Tal vez, más tarde.- dije