(HACE 5 AÑOS)
La lluvia penetraba mi ropa, y la poca luz que quedaba era cada vez más débil. Algo me decía que hoy no llegaría pronto a casa.
La lluvia era cada vez más densa y yo había llegado a un punto en el que no sabía dónde estaba. Las calles eran oscuras debido al apagón por la fuerte tormenta.
Me subí a la acera de enfrente la cual estaba más seca que la carretera, mala idea. Fue rápido, casi ni me enteré, solo ladee mi cabeza al oír tal fuerte estruendo provocando que el impacto de aquel objeto el cual caía a una velocidad inimaginable golpease mi cara.
Estaba aturdido en el suelo, sin paraguas, y con la poca ropa empapada por los grandes torrenciales de agua, pero algo me hizo mirar hacia arriba.
Era un chico de mi edad aproximadamente, con el cabello marrón, una piel blanquecina, y unos ojos color ámbar, su inolvidable mirada penetró la mía, cuando de repente soltó un suspiro, y me hizo una mueca de media sonrisa.
Mi cuerpo instantáneamente se paralizó, no sabía que era aquel sentimiento pero me paralizó el habla. Gracias a dios fue él quien dijo las primeras palabras, algo que me alivió tremendamente.
-¿Piensas quedarte ahí tirado? ¡Venga sube que te llevo!
No pude contestar, tan solo subí, sin siquiera preguntar su nombre, él sin embargo si lo hizo.
Siempre fui tímido pero sentía que en este hombre desconocido podía confiar, no sé, corazonadas.
Me cubrió con su chaqueta como si de un niño se tratase.
Nada más llegar a mi casa, me tumbé en la cama y al quitarme la ropa mojada me di cuenta de que me había quedado su chaqueta, sabía que no se la devolvería en mucho tiempo.
Fue un día agotador pero sabía que no me iba a olvidar de aquel chico el cual era completamente desconocido para mí.
