Parte única.

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[...]

Donghyuck realmente no entendía a los adultos. Podía ser un pensamiento que a cualquier niño de nueve años le pasa por la mente pero Donghyuck sentía que en ese momento su mundo se derrumbaba. Por primera vez.

Y era por culpa de su padre.

Donghyuck no entendía, ¿Qué había hecho su madre para que la golpearan?

No había tomado de las galletas que eran sólo para después del almuerzo, no le había dado el brócoli a Hao, el gato. Era ilógico.

Donghyuck suspiró, pateando una piedra en el camino. Se sentó en la acera y sostuvo su cabeza con sus manitas. Su madre había gritado cuando lo vio allí.

-¡Donghyuck, sal!

Y fue todo lo que necesitó para salir corriendo de la casa hasta el parque más cercano. Estaba aburrido, no se había llevado a Jinnie. Jinnie era uno de ésos animales de peluche que se habían puesto de moda y a pesar de que todo niño tenía uno Donghyuck siempre atraía el oso a su pecho y decía que Jinnie era especial.

Algo le golpeó la pierna y centró su atención en el pavimento. Una sonrisa gigante tomó lugar en su rostro.

-¡Jinnie!-exclamó, tomando el oso entre sus brazos y abrazándolo con todas sus fuerzas. Miró hacia el arbusto que estaba en frente suyo encontrándose con unos ojos curiosos mirándolo desde allí. Donghyuck se sonrojó, pues aquel chico lo había visto volverse loco por un oso de peluche.-Eh...

El extraño rió de repente y a Donghyuck le dieron ganas de esconderse porque de nuevo, había hecho el ridículo.

-Eres muy lindo...-levantó la vista de sus zapatos para encontrarse con el rostro del otro niño a centímetros del suyo. Tragó saliva y abrió los ojos como platos.

-Gracias...

(...)

-Tienes once años, Donghyuck. Madura.-la voz de su padre hizo eco en el comedor.

Sólo estaban él y el castaño de once años. Donghyuck se cruzó de brazos.

—No.—respondió, lento y pausado, era una provocación a ese monstruo atemorizante. Mentiría si dijera que la mirada que le dirigió su padre después de su arrebato de rebeldía no le provocó miedo. Al contrario, comenzó a sudar frío.

El hombre abrió la boca, dispuesto a soltar millones de palabrotas contra su único hijo pero fue interrumpido por el toque del timbre. Ambos pudieron observar la silueta de Mark y de su madre. El hombre caminó como si nada estuviese pasando, con su hijo siguiéndolo por detrás y abrió la puerta. Le sonrió a la mujer como él sabía solo y le acarició el cabello a Donghyuck "afectuosamente."

-Mark...-llamó suavemente al otro, halándole la manga del suéter. El niño de doce años lo miró curioso, Donghyuck parecía ido.

-¿Tu padre te hizo algo?-susurró en el oído del otro.

Donghyuck negó con la cabeza, le iba a hacer algo, de eso estaba seguro.

Pero Mark llegó a tiempo para que no le hiciera nada.

-Mark...-volvió a llamar cuando la madre del de doce años los dejó en la habitación del mayor. Rodeó al otro con sus brazos, haciendo que Mark cayera al piso, su espalda apoyada contra la alfombra y con el otro encima. Donghyuck metió su rostro en la curvatura del cuello de Mark.-Gracias...

Boys Like Boys ➳ markhyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora