Al salir del instituto, paso todos los días por allí. Ella siempre está. Siempre.
La cafetería está al final de la calle de mi colegio. Es una cafetería pequeña, pero muy bien decorada, cosa que atrae clientes.
Cuando paso, me quedo mirándola fijamente, no a la cafetería, a Ella.
Es una chica morena, con ojos claros y piel sonrosada. De mi edad, mas o menos.
Cada día que paso tengo mas ganas de hablar con ella, pero la vergüenza me puede, así que bajo la cabeza y sigo mi camino.
Cuando llego a mi casa, salgo a la terraza y me pongo a ver como habla con todos sus conocidos, que ajetreados, pasan corriendo por la cafetería de la esquina.
Día tras día. Cada vez con mas ganas de hablar con ella.
Siempre está tan sola.