Aquella, era una hermosa y apacible noche de invierno como tantas otras en el pueblo de Cuenca, todo cuanto se podía observar en ese paisaje, se encontraba cubierto de un manto de nieve blanco y impecable creando una de las más bellas estampas que pudieran apreciarse, en ninguna de las frías calles no se divisaba siquiera un rastro de nadie que en esos momentos paseara debido tanto a la oscuridad como al gélido frío
Aunque esto no era del todo cierto, puesto que si había alguien que caminaba en aquellos instantes, se trataba de una preciosa joven de 16 años llamada Layra, su largo y liso cabello negro como la noche ondeaba levemente tras ella por la helada brisa del invierno, sus ojos color avellana claro, poco a poco y con dificultad conseguían acostumbrarse a la oscuridad, la chaqueta blanca que llevaba apenas lograba combatir el frío, la verdad, comenzaba a arrepentirse de no haber obedecido cuando le habían aconsejado que se abrigara, la chica, soltó una pequeña risa para sí misma mientras al mismo tiempo pensaba "Debería haber hecho caso a mamá cuando dijo que haría más frío, no sé cómo lo hace que siempre acierta con estas cosas".
Caminaba con algo de rapidez, pues la preocupación comenzaba a adueñarse de ella, había estado aquella tarde realizando un trabajo de clase en casa de Isabel, su mejor amiga desde el jardín de infancia. Esta era rubia sus ojos eran del color del mar al igual que Layra tenía 16 años, antes de salir hacia casa de su amiga había estado negociando con sus padres para conseguir que le dejaran pasar más tiempo allí, al final aunque con dificultad consiguió permiso para regresar algo más tarde de lo que solían permitirle.En ese aspecto podria considerarse que sus padres eran algo estrictos, habían decidido que debía regresar a las diez en punto, precisamente esa era la razón por la que la joven tenía aquella repentina prisa para llegar a su casa, la joven tomaría su teléfono para saber que hora era, de inmediato un escalofrío le recorrió la espalda por completo al hacerlo, eran justo las once en punto por lo cual, llevaba una hora de retraso, sabía que si no se apresuraba todo lo posible, se llevaría una gran reprimenda por parte de sus padres, llegar a ser castigada, o si por desgracia estos se encontraban demasiado enfadados podrían suceder incluso las dos cosas a la vez, aunque, presentía que se apresurara o no, sucedería de todas formas.
La chica caminaba con aquel problema rondándole una y otra vez en su mente cuando levanto la vista hacia el frente, sin previo aviso diviso una figura a lo lejos que se dirigía hacia ella, el corazón comenzó a latirle con rapidez, pues su mente comenzó a inundarla de posibles situaciones horribles que podían sucederle si no se marchaba rápidamente de allí debido a la mala sensación que aquella figura le transmitía.Sin siquiera llegar a pensárselo unos instantes, y sinceramente podríamos decir que siendo un poco estúpida, la chica cerro los ojos y corrió lo más deprisa que le era posible, pero como era de esperar al reaccionar de aquella manera, apenas unos segundos de correr, el cuerpo de la chica choco contra aquella figura desconocida causando que cayera al suelo mientras soltava un leve quejido de dolor.
A causa de la nieve, la ropa de la chica se estaria empapando, elevando la sensación de frío que ya le invadía minutos antes, enseguida pensó "Si es que esto me pasa por hacer caso a mi mente y ser una torpe" tras pensarlo abrió de nuevo los ojos poco a poco, al instante estos se abrieron como platos debido a que su sorpresa fue inmensa al descubrir de quien se trataba.
Era Víctor un chico que Layra únicamente había visto caminando por el pueblo en varias ocasiones, aunque nunca había mediado palabra, este era evidentemente más alto que ella, tenía el cabello corto y castaño sus ojos eran verde claro, los cuales se alarmaron al ver a la chica que se encontraba en el suelo, enseguida ayudo a esta a levantarse, gesto que a ella le pareció digno de un caballero, al ayudarle, la joven, junto a un tono dulce sonrió de forma leve, mientras a su vez comenzaba a notar el calor de sus mejillas, cosa que indicaba que se estaba sonrojando debido a la vergüenza que le había causado aquella situación.
-Lo siento mucho, de verdad no era mi intención, pensé que podrías ser otro tipo de persona y me entro miedo-
El chico, junto a una hermosa sonrisa, causando unos adorables hoyuelos en sus mejillas, respondió
-No te preocupes, no tienes por qué disculparte, ¿tú estás bien? ¿Te has hecho daño?
El sonrojo de Layra comenzó a aumentar, pues el chico le parecía realmente dulce y educado, y aunque con algo de nerviosismo en la voz, consiguió responder.
-O-oh s-si estoy bien únicamente me he mojado la ropa por la nieve, pero no me he hecho daño, eres muy amable por preocuparte de verdad.-
Ambos, iniciaron una agradable, cálida charla que duro un muy largo rato sobre cualquier tema que se les pudiera ocurrir en aquel momento, la cual estaría llena de risas y miradas compartidas entre ellos, se adentraron en esta de tal forma que siquiera se percataron del transcurso del tiempo, hasta que las campanas de la iglesia comenzaron a sonar indicando que en aquel momento eran las 00:00.Al instante, Layra en el que la chica lo escuchó, sintió como si una bofetada la regresara de forma brusca a la realidad haciéndose consciente del grave lío en el que se encontraría al llegar a casa, a pesar de que le hubiera gustado continuar charlando con el, debía marcharse enseguida por lo cual, se disculpó y se marchó ya corriendo, no sin antes despedirse educadamente de aquel joven dirigiéndose hacia su casa.
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El invierno enamora (EN EDICION Y INCOMPLETA)
RomanceLucia,una adolescente normal como cualquier otra,deberá enfrentarse al sentimiento mas hermoso y doloroso a la vez,si,exacto el amor,la vida le pondrá muchos obstáculos para encontrarlo,¿conseguirá superarlos sin sufrir demasiado por el camino?,¿O a...