Marchito como rosa [Yoonmin]

...

El dolor en mi pecho llegaba a ser molesto, eran horribles puntadas que incluso me hacían dudar si lo que hacia era lo correcto. Pero si ya no era lo mismo, si ya no eramos los mismos, ¿porque seguir aquí?

Termine de guardar mi ropa, cerrando por fin la maleta, mi pecho se oprimió nuevamente al comenzar a bajar las escaleras.

El estaba ahí, sentado en el sofá, sus manos cubrían su rostro y al sentir mi presencia me miró, el brillo de sus ojos indicaba que aguantaba sus lágrimas. ¿Yo lo hacía? Ni siquiera era consciente de si aun estaba aguantando el llanto.

–supongo que por ahora es esto lo que necesitaré, luego vendré por el resto de mis cosas.

–como quieras, las dejare en la sala, luego de llevarte tus cosas deja la copia de las llaves, por favor... –su voz cortada delataba que no era tan fuerte como intentaba aparentar.

–¿esto es lo que quieres, Park? –no obtuve respuesta– ¿de verdad ya no me amas? Dime, solo tu respuesta bastará para irme y no volver.

El silencio inundo la sala nuevamente, levanto su mirada y sus ojos vidriosos se conectaron con los mios. En ese instante tuve la ilusión de que, aun, una pequeña parte de el, aun me amase.

–creo que deberías irte, YoonGi.

Esas simples palabras lograron desmoronar por completo mi alma, aun así no caería de rodillas, no aun.

–ya veo, espero que no te arrepientas.

Me gire hacia la puerta y tome mis maletas, sintiendo como a cada paso un pedazo de mi corazón se caía.

–no lo haré, Min –me quede estático al comprender que seguiría hablando– ¿sabes por que no? Por que estos cinco años junto a ti fueron hermosos YoonGi, fuiste lo mas jodidamente hermoso que me pasó.

–lo recuerdo –sonrei con tristeza sin girarme– cuando nos conocimos ambos estábamos destrozados, tanto que nos teníamos solo a nosotros, éramos tu y yo contra todo, prometiste amarme para siempre y yo también te lo prometí –me gire para verle la cara, siendo consciente que era un desastre en lágrimas– y mierda que te creí... Ese fue mi peor error.

–yo me creí, me creí por que así lo sentí, sabes muy bien que no es mi culpa.

–¡no comiences con tus excusas de mierda JiMin! –grite cerrando los ojos con fuerza, con la cabeza gacha– dices que la rutina lo arruino, dices que no es tu culpa que todo se volviera simple ¡podria haber sido diferente! ¡Podriamos haber vivido aventuras! ¡Tu te frenaste solo! –volvi a levantar mi vista– fue tu culpa.

–¿que querías? ¿Que dejara que la empresa de mi padre quiebre para correr contigo por quien sabe donde? Ese es el problema, tu no tenias ataduras, yo tenia peso sobre mi, ¡¿no entiendes eso?!

–¿no tenia ataduras? –rei sin un gramo de gracia– tu, JiMin, tu fuiste mi atadura, me quede por ti, por que comprendí que debías encargarte del desastre que era la empresa cuando tu padre murió, pero no creí que te volverias como tu padre, tanto que me decías que no serias como el, que no serias una bestia sin sentimientos, que tendrías una vida, eres igual que el. La misma porquería que no sabe amar.

–¡cierra tu maldita boca! Callate.. –sollozo ahora mirando la nada misma– ¡te ame mierda te ame!

–tu ser ya no era tuyo, si no de tu padre, juraste que no te volverías como el, y aquí estamos, y me quede contigo por que te amo, creí que siempre estaríamos juntos, me quede solo, en esta porquería de lugar mientras ibas a trabajar, no seguí mis metas por que te quería, al parecer tu pensabas diferente, y me marchite, me volví nada, tu jodida sombra. Con el tiempo esto, lo nuestro, se marchitó. De verdad –suspire– de verdad creí que... Creí que tu darías por mi lo que yo di por ti...