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La noche era fría en New York y Jungkook tomaba un café expresso mientras caminaba por la hermosa plaza decorada con luces navideñas y parejas felices. Se acercaba Navidad y al parecer la pasaría solo, ya que su compañero de piso Seokjin dormiría en la casa de su novio Namjoon; y su mejor amigo Jimin, en la de sus padres en Seúl. No está diciendo que le molesta estar solo, para nada, pero es exactamente lo que está diciendo.

A lo lejos de donde se econtraba, se escuchaba una hermosa melodía, no podía descifrar de qué instrumento provenía esas hermosas notas, pero él era muy curioso. Siguió el sonido hasta llegar al lugar de donde éste salía. "Es un ángel" pensó el pelinegro al ver a un chico tocando lo que parecía ser un saxofón.
Al terminar de tocar, Jungkook se acerca a hablarle.

—That was amazing.— sonríe mientras el chico-saxofón bajaba de un pequeño salto del escenario improvisado de color oscuro y agradeciendo el dinero de la gente. Jungkook vió humilde ese gesto.

—Oh, thank you.— le devuelve la sonrisa. No tenía buena pronunciación, eso se podía notar en su acento raro al hablar, pero algo se lograba a entender. —I'm going to be a good sexy porn star.— ¿¡QUÉ!? ¿Acaba de decir que quiere ser una estrella porno?

—¿Wh-what?— el pelinegro rió nervioso, intentando decifrar lo que había dicho su "amor platónico".

—A saxophonist. Sorry, my pronunciation is so bad.— ríe mientras se rasca la nunca con nerviosismo. Jungkook suspiró aliviado. Al menos ese chico lindo no es la adicción de algunos hombres asquerosos que buscan una buena paja.

—Creo que te amo...— Taehyung muestra una tierna sonrisa. Jungkook había soltado esas palabras tan libremente que no se había percatado de que en realidad Taehyung no era chino ni japonés, era coreano.

—Me caes bien, ¿Cómo te llamas?— le responde en su idioma natal, logrando que el menor quede con una cara muy divertida y un fuerte sonrojo, haciendo que el castaño con mechas verdes muera de amor, como si se hubiera derretido por dentro.

—A-así que eres coreano... soy Jungkook...— intentó cubrirse la cara "tomando" su ya terminado café.

—Eres tierno.— El corazón de Jungkook latía a mil por segundo. Tenía ganas de guardar a su nuevo esposo, o así fantaseaba él, en una cajita y que nadie le haga daño. —Soy Taehyung, ¿quieres caminar? Ya he terminado mi presentación y me interesa saber sobre ti. Claro, si quieres.— No podía dejar de sonreír, ¿cómo le iba a decir que no a una oportunidad tan... tan Taehyung?
Jungkook asintió, y mientras paseaban hablaron de sus intereses. Tenían mucho en común y habían hablado tanto que parecía que se conocían de toda la vida. Poco a poco fue oscureciendo y Taehyung tenía que volver a su casa, según él "su madre se pondría loca."

—T-taehyung— dice Jungkook en un hilo de voz que el mayor logró escuchar. —¿Podrías darme tu número? Así pasamos Navidad juntos, ya sab...— No pudo terminar, sentía un calor, un olor y una contención; Taehyung lo estaba abrazando ¡LO ESTABA ABRAZANDO! ¡Y ESTABAN MUY CERCA! Su sonrojo estaba en su máximo esplendor, parecía un tomate.
Se separaron y TaeTae, así le decía Jungkook ahora, le dio un papel y corrió lo suficiente para que el menor no pueda verlo sonrojado también.

Al final, Jeon Jungkook no pasaría Navidad solo.

[Saxophone, Taekook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora