✔ 30 DAYS OF SPRIWNTRAP ✔ #FNAFHS

✔ Day 6 ✔

Usando la ropa del otro:

—Eh, Town... Esto es vergonzoso —murmuró Springtrap levemente sonrojado hacia al chico a su lado, acomodándose un poco los pantalones grisáceos que le quedaban algo cortos por el tamaño o bien, por su altura.

El pelinaranja a su lado rió, antes de tomarle el rostro entre sus manos y plantarle un beso sobre sus labios. Al separarse, lo vio sonriendo con su capucha verde olivo sobre sus naranjos cabellos.

—Hey, en realidad, no te queda nada mal. ¡Te ves lindo, me gusta!. Y también me gusta esto —le dijo, tras soltarle, mientras jugaba un poco las mangas de la prenda de conejo que le quedaba un menos de grande.

—Eso crees tú... —contestó, sonriendo por la acción anterior del menor. Como adoraba que tuviera esos pequeños gestos con él cuando se molestaba o ponía nervioso. Era algo que solía hacer desde hace un par de semanas. Después de, bueno... Su primer beso, adquirieron una extraña pero cariñosa costumbre entre ambos. Y no, no era nada serio, no estaban en una relación aún.

—Y también es fácil para ti decirlo, la capucha te queda grande, no pequeña.

—Supongo que tienes razón, pero no te quejes, me harás sentir mal, eh —ambos soltaron unas pequeñas y agradables risitas— ¡además esta capucha es súper cómoda!

—Pues, sí te ves tierno con ella —comentó como alago, de lo más sonriente, en respuesta a esto, el oji-naranja volvió a reír contento, no sin antes abrazarse al cuerpo del mayor con fuerza, siendo correspondido.

—Oye, ¿no quieres salir a caminar?. Podemos ir a tomar algo ya que hace calor —invitó Towntrap acomodando por quinta vez los pantalones sueltos que por poco y se le caían.

Springtrap rió ante ello antes de asentir y tomar su mano. —Claro que sí.

E ignorando por completo el hecho de traer vestido un conjunto de ropa que obviamente, le quedaba algo pequeña, salió caminando de su hogar animadamente y de la mano con el pelinaranja (quien no paraba de sonreír de lo más a gusto y traía todo su habitual conjunto simple). Pero aunque lo notaran después de un raro o la gente al observarlos pasar por las calles, consideraran eso como raro o divertido.

No les importaba en lo más mínimo pues estaban más entretenidos admirando la apariencia de su contrario, usando su ropa. Y no había algo mejor que contemplar eso, al menos ese día.